Albares: España estará «en primera línea del esfuerzo» para mostrar a Putin que no acepta marcha atrás del orden europeo

El ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares, ha asegurado que España permanecerá «en primera línea del esfuerzo», junto sus socios y aliados, para «hacer ver a Vladimir Putin que no aceptamos que imponga una marcha atrás de casi un siglo en el orden europeo de paz y prosperidad».

Albares se ha pronunciado de este modo durante una conferencia que ha impartido durante el acto de conmemoración del 75º aniversario de la especialidad económica de la Facultad de Derecho de la Universidad de Deusto –de la que fue alumno–, que se ha desarrollado en Bilbao.

En una intervención telemática debido a la imposibilidad de desplazarse a esta celebración por la situación que ha generado la «agresión ilegal, injusta e injustificada» de Rusia a Ucrania y «otras crisis», el ministro ha defendido que España es «un actor relevante en la escena internacional» y seguirá trabajando en los próximos años para continuar ampliando su «papel en el mundo» y participando, con sus «socios, amigos y aliados, a un orden internacional más justo y más estable».

Para ello, ha subrayado, su «brújula» serán «nuestros valores democráticos, nuestros intereses, nuestro compromiso europeo, nuestra firme voluntad de defender un orden internacional basado en reglas predecibles».

«España seguirá al frente de la defensa del derecho internacional, de la legalidad internacional, de la solidaridad en las vacunas, de los grandes debates sobre el cambio climático, de la recuperación económica justa y sostenible», ha afirmado.

Por lo que respecta a la invasión rusa en Ucrania, ha apuntado que España «permanecerá en primera línea del esfuerzo, junto con nuestros socios y aliados, para hacer ver a Vladimir Putin que no aceptamos que imponga una marcha atrás de casi un siglo en el orden europeo de paz y prosperidad».

Durante su conferencia, ha resaltado que España es «uno de los pocos países con vocación global» y ha apuntado que la política exterior debe «siempre tener en cuenta el contexto internacional». Según ha indicado, se está «inmerso en un cambio muy profundo» del modelo económico y social por la revolución digital y la emergencia climática, al que se añade «esta crisis en Europa que reta los propios pilares de la construcción europea de paz, prosperidad e igualdad soberana de los estados».

De este modo, ha recordado que el desarrollo digital tiene «profundas implicaciones» en la escala de poder internacional, «a modo de control de la tecnología» y al condicionar el crecimiento económico, mientras que el cambio climático tiene «el potencial de desestabilizar todavía más el escenario internacional, creando nuevas crisis y agravando las existentes».

El ministro ha incidido en que la pandemia de covid puso de manifiesto que «vivimos en un mundo interconectado» en el que «nadie esté a salvo hasta que todos lo estemos», motivo por el cual España ha donado a terceros países 70 millones de vacunas, de las que ya hay estregadas 55. También ha aludido a los «nuevos retos» para el modelo democrático con «acciones unilaterales que hace unos años no hubieran resultado concebibles» como se ha puesto de manifiesto Ucrania.

Esta invasión, ha advertido, ha supuesto «una ruptura en el paradigma del orden europeo y mundial» en el que se ha basado la «paz y prosperidad de nuestras sociedades durante décadas». «Sin haber agotado las vías diplomáticas, Vladimir Putin decidió violar la Carta de Naciones Unidas y las normas más fundamentales del derecho internacional invadiendo ilegalmente y brutalmente a un estado soberano vecino y pacífico», ha denunciado.

En todo caso, ha destacado que, frente a «esta barbarie», la comunidad internacional ha actuado «de forma firme y prácticamente unánime». A su entender, la unidad ha sido «clave en la respuesta de la UE, de la UE junto a sus socios transatlánticos y de la OTAN», lo que ha permitido adoptar «sanciones sin precedentes en apenas unos días».

En esta «compleja» coyuntura internacional, ha asegurado que España «se proyecta como un actor constructivo, guiado por la promoción de los derechos humanos, la democracia, la seguridad, el feminismo y la diversidad como referentes». Ha defendido el «activismo» en la mejora de la gobernanza global a través de la promoción de «una mayor integración regional y de un multirateralismo reforzado», así como un modelo sococioeconómico global basado en «integración, justicia y equidad».

«Nos erigimos como un actor fundamental y constructivo en cuatro esferas: Europa, el Mediterráneo, Iberoamérica y Estados Unidos», ha señalado. En relación a la UE, ha valorado que Europa es «un proyecto único» que se está «acelerando» en su integración con «pasos agigantados» frente al «desafío» de Putin, como también lo hizo ante la pandemia.

Según ha indicado, «España ha estado, y lo va a seguir estando, en todos los esfuerzos en favor de un política exterior europea más integrada, que es más necesaria que nunca para que Europa sea actor global fundamental».

Por lo que respecta al Mediterráneo, ha señalado que «nuestro bienestar y nuestra seguridad están intrínsecamente unidos a esta región», por lo que «son fundamentales las relaciones estratégicas con nuestros vecinos». Según ha apuntado, «España no puede sino redoblar su compromiso con la prosperidad y la estabilidad de la región, impulsando todas las acciones en el ámbito multilateral».

Igualmente, ha advertido de que tampoco se puede «olvidar el sur del Mediterráneo, el Sahel» y ha apuntado que la situación política en muchos de sus países, especialmente Mali, «hacen de esta región una zona prioritaria» para España. Por ello, ha afirmado, tiene «presencia protagonista» e «interés claro en contribuir a la estabilidad de la región».

Asimismo, ha destacado el papel de «firme impulsor» de las relaciones entre Latinoamérica y la UE y ha definido a EEUU y Canadá como «amigos, socios, aliados indispensables» para España y Europa.

Finalmente, ha reivindicado el papel de la «diplomacia económica» en un momento en que se está «inmersos en un cambio profundo» del modelo económico global y España «tiene que ser capaz de competir en ese nuevo marco». De este modo, ha apostado por impulsar la modernización y transformación de la economía a través, entre otras acciones, de «diplomacia activa» que apoye los intereses económicos en el exterior tanto bilateral como multilateralmente.

75 AÑOS

Estudiantes, profesorado y exalumnos de la especialidad económica de la Facultad de Derecho de la Universidad de Deusto se han reunido este viernes para celebrar el 75º aniversario de una titulación «pionera» y que «todavía hoy sigue siendo un referente», han destacado desde Deusto.

El título se inició en 1946 con 20 estudiantes, las mujeres se incorporaron en los años 60 y en la década de los 80 se llegó a contar con 200 estudiantes. En palabras de la decana, Gema Tomás, este «clásico» de Deusto «ha hecho realidad como ningún otro el lema ‘tradición e innovación'» que tiene la Facultad de Derecho.

La profesora de Economía de la Unión Europea Laura Gómez, titular de la Cátedra Jean Monnet ‘EU Economic and Legal integration for People’ y actual coordinadora de la especialidad Económica, ha explicado que se empezó a impartir en «una economía autárquica» y en sus planes de estudios se han reflejado «la apertura en su día al comercio exterior, la entrada de España en la entonces Comunidad Europea, la globalización y hoy un replanteamiento de la misma ante las crisis de suministros y de energía».

En el encuentro también han estado presentes el rector de la Universidad de Deusto, José María Guibert, el vicerrector de Estrategia Universitaria, Eduardo Ruiz Vieytez, y exalumnos como la presidenta de Juntas Generales de Bizkaia, Ana Otadui, o el asesor del Gobierno Vasco Emilio Olabarria.