El 65 por ciento de los ingresos obtenidos por Vox en el año 2021 procedió de subvenciones, pese a su exigencia de eliminar las ayudas públicas a todos los partidos políticos y organizaciones sindicales y empresariales.
Así lo refleja el informe de cuentas del pasado año presentado este viernes en la Asamblea General de Vox por su tesorero, Pablo Sáez, quien ha presumido de contar con un balance económico que «demuestra solvencia, solidez financiera, crecimiento y transparencia».
En concreto, Vox obtuvo en 2021 unos ingresos que superaron los 14,8 millones de euros. De ellos, un 65%, 9,7 millones, procedieron de subvenciones públicas procedentes sobre todo de los 52 representantes con los que cuenta en el Congreso de los Diputados. El resto fueron de aportaciones de sus representantes en otros parlamentos autonómicos y de ayudas públicas en materia de seguridad.
Por su parte, los ingresos privados alcanzaron 5,9 millones de euros y procedieron en su mayor parte de las cuotas de sus 63.000 afiliados, además de 190.000 euros en donaciones y otros 560.000 que sumaron con la venta de material promocional del partido.
Mientras, la participación en los dos procesos electorales que se celebraron en 2021, las elecciones al Parlamento de Cataluña y a la Asamblea de Madrid, supusieron pérdidas económicas para Vox, aunque la formación cree que fue «una buena inversión« dados los «excelentes» resultados obtenidos: 11 diputados catalanes y 13 en Madrid.
En concreto, Vox invirtió 1,4 millones en la campaña de Cataluña y solo recuperó de las arcas públicas 743.000 euros; mientras que gastó 1,8 millones en las elecciones a la Asamblea de Madrid y obtuvo poco más de un millón en función de sus resultados.
Este balance contrasta con una de las principales reivindicaciones políticas de Vox, como es la eliminación de las subvenciones públicas para los partidos, incluyendo las que se pagan para afrontar los gastos de campaña. Y así volvió a defenderlo esta semana en el Congreso en una votación en la que su grupo parlamentario se quedó solo frente al rechazo del resto de formaciones.
En concreto, y según el texto recogido, Vox pretendía a través de una propuesta de resolución al informe del Tribunal de Cuentas del año 2016 que el Parlamento instara al Gobierno a presentar sendas reformas de la Ley Electoral y de la Ley de Financiación de los Partidos Políticos con el fin de «eliminar las subvenciones públicas a los partidos políticos, fundaciones y demás entidades vinculadas o dependientes de ellos».
Los partidos políticos con representación parlamentaria reciben cada año subvenciones para su funcionamiento ordinario y para inversiones destinadas a cubrir gastos frente a la amenaza terrorista. Para este año, y según los Presupuestos Generales en curso, se prevé repartir alrededor de 55 millones de euros (52,7 millones para funcionamiento ordinario y 2,70 para gastos de seguridad). El objetivo de Vox es acabar con esos dos tipos de subvenciones públicas anuales, pero también quiere eliminar las otorgadas para costear gastos electorales en cada proceso electoral.
La pasada semana, el secretario general de Vox, Javier Ortega Smith, denunció que su partido sea el único que promueve esta iniciativa. Y justificó que Vox las siga recibiendo mientras que no se eliminen, porque lo contrario supondría «salir a la arena política con las manos atadas a la espalda y los ojos vendados».
«Lo que no vamos a aceptar es que mientras que el resto de partidos utiliza las subvenciones públicas para mentir en su propaganda, nosotros no podamos utilizar los recursos públicos, que son legales, para defender nuestras ideas políticas –sostuvo–. Pero si todos los partidos quieren seguir manteniendo las subvenciones, que sepan que cuando llegue Vox lo vamos a suprimir».
SIN PRÉSTAMOS A LAS ELECCIONES
Por su parte, los gastos de Vox el pasado año ascendieron a 14 millones de euros, lo que le generó un excedente de 187.000 euros. El mayor porcentaje de gastos fue destinado al pago de las nóminas de sus 111 empleados, aunque también dedicó importantes cantidades a servicios externos y también a la financiación de la Fundación Disenso, en la que invirtió 2,5 millones de euros.
En total, Vox acumula con unos beneficios acumulados de 11,8 millones de euros. De ellos, cuenta con una tesorería de 10,2 millones, lo que le permite no tener ninguna deuda a largo plazo y plantearse concurrir a los próximos ciclos electorales sin tener que recurrir a préstamos bancarios.
«Probablemente seamos el único partido que no necesitemos recurrir a los bancos para las próximas elecciones generales», ha adelantado Sáez, que ha insistido en que Vox no cuenta con ningún tipo de préstamo ni debe dinero a entidades bancarias.