Esquerdo quiere ser ministro por accidente: la futura «salida» de Pilar Llop excita a su ‘número dos’

El Ministerio de Justicia se empieza a mover, para variar. La futura salida de Pilar Llop ha removido las entrañas del partido. Esta cartera no tiene un dueño claro. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, no se aclara con quién debe llevar un ministerio que lleva tiempo parado como consecuencia, entre otras cosas, del bloqueo de la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). Aún así, que Llop suene como futura candidata de la Comunidad de Madrid ha hecho salivar a más de uno y ha empujado a los altos cargos de Justicia a posicionarse y a cruzar llamadas y Whatsapp para ver qué pretensión tiene Ferraz con este ministerio. El que más se ha movido es el eterno alcalde de Barakaldo y senador ‘hooligan’ del PSOE, Antonio Julián Rodríguez Esquerdo, quien es el actual secretario de Estado del Ministerio de Justicia. «Podría ser ministro», detallan desde el partido. Aunque cuando lo susurran, no se refieren a una legislatura entera, sino a unos meses como interino.

Sería el Ángel Garrido de la Justicia, para entendernos. Rodríguez Esquerdo es un histórico socialista que ha trufado mil y una administraciones públicas de la mano del puño y la rosa. Tanto es así, que ha crecido de concejal de Barakaldo a secretario de Estado de Justicia pasando por la alcaldía de su ciudad. De los altos cargos del ministerio de Llop, Esquerdo es el que más mano tiene en el partido. Es abogado, pero su historia laboral está adscrita al PSOE. Todas sus declaraciones han estado muy medidas desde el prisma socialista y siempre se ha mantenido fiel a quien le tocara llevar la vara de mando. Su paso por el Senado, un cementerio de elefantes, le valió algunos titulares esporádicos y ahora se ve ante las puertas de la oportunidad de su vida. Si sale Llop, él será el elegido para sustituirla hasta las elecciones generales, dicen las fuentes del PSOE.

La salida de Juan Carlos Campo en la purga de Sánchez le abrió al puerta a este senador para convertirse en el número dos de Llop

El «eterno alcalde de Barakaldo», como le conocen algunos, no lleva en el Ministerio de Justicia mucho tiempo. La salida de Juan Carlos Campo en pleno 2021 en la purga de Sánchez le abrió al puerta a este senador para convertirse en el número dos de Llop, que entró poco después de la llegada de la ministra. Ha mantenido un perfil discreto y sobretodo no ha tenido una gran carga de trabajo; Pablo Casado ha sido un gran aliado de los altos cargos de Justicia porque les ha permitido vivir sin apenas tensión, para alegría de los vocales que llevan casi una vida cobrando unas dietas extraordinarias. Pero ahora parece que Antonio Julián Rodríguez Esquerdo ha visto el cielo abierto con los movimientos que Ferraz tiene preparados para Pilar Llop. Nunca las elecciones de la Comunidad de Madrid había dado tantas alegrías a un alto cargo del Gobierno.

El currículum del secretario de Estado de Justicia es socialista. Su paso por la Justicia ha sido esporádico y hay quien en el PSOE «esperan» que Sánchez no cometa la «temeridad» de nombrar a alguien que no conoce bien el mundo judicial los máximos galones. Aún así, desde el ministerio son testigos de los movimientos de Esquerdo y de su ambición por ser ministro, aunque solo sea por unos meses.

Quienes ubican en las quinielas a Antonio Julián Rodríguez Esquerdo lo hacen con conocimiento de causa porque saben cómo se mueve en el partido y los lazos que ha hecho tras una vida en el PSOE. Entienden que Sánchez no se molestará en traer de fuera a un nuevo ministro cuando se convoquen las elecciones autonómicas que arrastren a Llop a otro nivel de la administración y creen que, por una cuestión de falta de recursos, tirará del número dos del Ministerio de Justicia. No es que sea un magistrado con experiencia, pero sí es alguien completamente fiel al partido que nunca se ha salido del tiesto con declaraciones poco oportunas. Su único desliz ha sido apoyar la independencia judicial cuando Rafael Catalá era ministro de Justicia para luego después comerse sus palabras y mantener el apoyo a que el Congreso tenga la capacidad de elegir una buena parte de los vocales que componen el CGPJ.

Esquerdo aspira no a ser ministro por una legislatura, sino a serlo por unos meses para redondear su currículum. El perfil de este socialista ha sido el de un militante que el partido ha empujado hasta el número dos del Ministerio de Justicia sin necesidad de moverse demasiado. Si ha llegado tan lejos tan solo por mantener una línea política cómoda e inalterable, ¿por qué no ser ministro los últimos seis meses de la legislatura? Desde luego, fuentes cercanas a Esquerdo aseguran que ya ha deslizado en alguna ocasión que es probable que se convierta en el Ángel Garrido de la justicia.

Si hay algo que tienen claro en el Ministerio de Justicia es que la propia Llop reconoce en su círculo de confianza que Ferraz le ha asegurado que será la candidata a la Comunidad de Madrid. Las elecciones son seis meses antes de que se celebren las generales y este escenario ha lanzado el rumor en Justicia de quién será el próximo ministro. Lo que está claro es que será alguien de la casa porque Sánchez no se molestará en pescar a alguien de fuera para echarle a los pocos meses. O eso es lo que creen los altos cargos de Justicia.