20 años con Cuca Gamarra, de derrota en derrota hasta la victoria final

La ciclotímica carrera política de Cuca Gamarra es difícil de entender sin repasar el golpe de suerte que tuvo tras dos de sus derrotas. La primera se produjo en las municipales de Logroño de 2007, cuando esta abogada llevaba cuatro años como concejala y había sido apupada al puesto número 2 del PP local por el polémico alcalde Julio Revuelta. 

Revuelta, concejal de Logroño desde 1991, edil de Urbanismo desde que en 1995 el PP se quedó con casi todo el poder en La Rioja y alcalde de la capital desde 2000, había reñido con casi todo su equipo y se había enfrentado a su partido por el proyecto especulativo Ecociudad, sobre el que el presidente autonómico Pedro Sanz parecía tener especial interés.

En 2007 el PP riojano sufrió su primer revés en 12 años, ya que PSOE y Partido Riojano sumaban mayoría y la hicieron efectiva para enfado de Revuelta, que se marchó de su partido tras acusar al presidente autonómico Sanz de «no haber hecho el más mínimo esfuerzo en intentar un pacto postelectoral para mantener la alcaldía». 

La marcha de Revuelta, que posteriormente fundaría el fallido Ciudadanos de Logroño y en 2019 intentó sin suerte saltar al Parlamento de La Rioja de la mano del Partido Riojano, facilitó el ascenso al liderazgo del PP riojano a Gamarra, que se estrenó como candidata con mayoría absoluta en 2011 en unas elecciones en las que España se tiñó de azul tras la caída del zapaterismo a cuenta de la crisis de 2008.

LA SEGUNDA DERROTA

En 2018 Cuca Gamarra era un cadáver político. La dirigente ‘popular’ se había mantenido al frente de Logroño en 2015 tras salvar un pacto in extremis con Ciudadanos, que le afeaba su gestión y anunciaba que en 2019 iba a apoyar al PSOE con tal de echarla (tal y como le habían amenazado a Pedro Sanz, que tuvo que ceder en 2015 la presidencia autonómica a José Ignacio Ceniceros). 

Gamarra, apoyada por Sanz (reciclado como senador tras dejar la presidencia autonómica), se había enfrentado en 2017 al presidente autonómico José Ignacio Ceniceros, veterano presidente del Parlamento que había sido puesto en el trono de forma transicional.

Y Ceniceros ganó por sorpresa para enfado de Gamarra, que intentó resarcirse de la derrota apoyando en primarias estatales a Soraya Sáenz de Santamaría, que veía con pesar que el presidente autonómico apoyase a Pablo Casado.

El triunfo de Casado hacía prever la jubilación política de Gamarra, ya que Ceniceros pedía su cabeza para que no repitiese como candidata en Logroño en 2019 con la excusa de que Ciudadanos no la quería. 

Pero, la vida te da sorpresas, Casado integró a Gamarra, escogida por sorpresa como vicesecretaria de Política Social. Eso sí, García Egea forzó que la nueva ‘casadista’ renunciase a liderar al PP en Logroño, tal y como pedía Ceniceros, y a cambio pasó a liderar a los ‘populares’ en la lista al Congreso en abril de 2019. 

La hecatombe de Casado en aquella cita le obligó a sacrificar como número tres a Javier Maroto, que pasó al Senado y dejó la campaña para las municipales y autonómicas de 2019… a Cuca Gamarra, premiada por su eficacia y discreción.

La destitución como portavoz del PP en el Congreso e Cayetana Álvarez de Toledo en el verano de 2020 conllevó que Gamarra saltase a la primera plana política, lugar privilegiado desde el que fue clave para apuntillar a Pablo Casado. 

Este movimiento, y los deseos de Feijóo de no realizar cambios demasiado traumáticos, han propulsado a Gamarra hacia la secretaria general del PP. Como ven, la nueva número dos ‘popular’ ha caminado de derrota en derrota hasta la victoria final.