Las autoridades judiciales de España han solicitado, a través de la oficina dela Oficinas Centrales Nacionales de Interpol, información sobre el paradero de Leonardo Rafael Montbrun Álvarez, un ciudadano venezolano que apenas alcanza los 30 años, solicitado por estas presuntamente implicado en una trama de estafas, cometidas a través del uso de la aplicación móvil Shasta, que ofrecía un servicio de billetera digital para que venezolanos enviaran dinero a sus familiares a Venezuela desde España, México y Estados Unidos. Las investigaciones señalan que el solicitado estaría supuestamente implicado en el lavado de dinero, a través de está aplicación que funcionaba en el país caribeño con la aprobación de la Superintendencia de Bancos y amparado bajo el chavismo.
Todo parece indicar que Montbrun es un vendedor de humo profesional, que se describe en su perfil de Linkedin con emprendedor, cuyo objetivo de vida era construir un mundo mejor para su hijo y las generaciones futuras. En la actualidad, Inperpol le sigue la pista, por sus movimientos migratorios entre Panamá, Dinamarca, Malta, Nicaragua, Ecuador y Costa Rica.
En España, Montbrun también aparece como administrador único de la empresa VEGAN MODA INTERNATIONAL SL, que inició sus operaciones en el país el 7 de noviembre de 2016, con un capital de 3.000 euros, la cual supuestamente estaba dedicada al «Comercio al por menor de productos textiles, prendas de vestir y calzado en puestos de venta y en mercadillos» en la ciudad de Barcelona. Seguramente ese es uno de los emprendimientos a los que se refiere en la web de perfiles profesionales donde hace referencia a un supuesto negocio como fabricante de ropa vegana y ecológica.
Al parecer, la manera de operar consistía en buscar inversionistas para captar capital que utilizaban para triangular operaciones a través de la empresa que registraron en Venezuela y que estaba operativa, a través de Shasta, desde junio de 2020, para de esta manera sacar del país suramericano recursos de políticos vinculados al chavismo, justo en el momento en que algunos de ellos fueron sancionados por las autoridades de Estados Unidos y muchos de sus bienes en el exterior fueron congelados. El detalle está en que los creadores de la aplicación móvil desaparecieron hasta con el dinero de muchos de esos funcionarios que intentaron sacar de Venezuela sus recursos.
Para el momento en que Shasta cesó sus operaciones en Venezuela, indicaban que las personas que tenían dinero aún por retirar, podrían hacerlo a través de una cuenta del Banco Nacional de Crédito .
Aquí en España fue denunciado ante la Fiscalía por el exconcejal de Caracas, Carlos Herrera, por supuestamente haber estafado a un grupo de inversionistas venezolanos, junto a sus socios españoles Daniel Paloma y Alex Sicart, para posteriormente desaparecer con los fondos, sin dejar rastro.
Paloma y Montbrun se encuentran prófugos de la justicia española, mientras que Sicart fue detenido en Venezuela en agosto de 2021 por funcionarios del Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas por la supuesta comisión de los delitos de estafa, legitimación de capitales y asociación para delinquir. Fue justamente la detención de Sicart lo que paralizó las operaciones de Shasta en Venezuela y desde entonces las autoridades de ese país y las españolas están tras la pista de los implicados en este caso de estafa.
De manera extraoficial se supo que, pese a que Shasta constaba con la aprobación de la Sudeban en Venezuela, las operaciones entre ese país y España o Estados Unidos no se podían realizar de manera legal, por lo que se presume que enviaban fondos ilícitos burlando a las autoridades financieras españolas, a través de una red de bancos que están en la mira de las autoridades locales, por no haber detectado estos movimientos fraudulentos.
Hasta este momento no ha trascendido la cantidad de dinero que supuestamente fue estafada por los miembros de la aplicación móvil que fue creada en España con supuesto objetivo de ayudar a los venezolanos en diversos países a enviar dinero a sus familiares en Venezuela, debido a que en el país suramericano existe un control de cambio desde 2003 que impedía, hasta hace poco tiempo, que las entidades bancarias pudieran operar con divisas. Aunque en la actualidad todavía no se puede recibir moneda extranjera a través de transferencias, la dolarización de facto que hay en Venezuela obligó al régimen de Nicolás Maduro a permitir que los bancos operen con divisas.
Para el momento en que se aprobó la operación de Shasta en Venezuela, la plataforma llegó a tener hasta 10 mil usuarios registrados, debido a la gran cantidad de venezolanos que se encuentran en el exterior; era la alternativa «ideal» para hacer llegar dinero, de manera rápida, pero al final, no del todo segura.