martes, 7 mayo 2024

Declarado culpable de asesinato, pero no con ensañamiento, el acusado de matar a su ex pareja Lorena Dacuña

El jurado popular ha declarado este viernes culpable de asesinato, pero no con ensañamiento, al acusado de matar a su ex pareja Lorena Dacuña en Gijón, en 2020.

Así lo han hecho tras la celebración del juicio en la Sección Octava de la Audiencia Provincial de Asturias, con sede en Gijón, en la que el procesado se ha limitado a decir, en su derecho a la última palabra, que ya dijo la última vez todo lo que tenía que decir. «Ya me excusé, ya pedí perdón», ha señalado.

La Fiscalía ha modificado su petición de pena, en el sentido de bajar de diez a cinco años su solicitud de libertad vigilada, pero mantiene los 20 años de cárcel y los 60.000 euros en concepto de responsabilidad civil.

Tanto la letrada de la Abogacía del Estado como la defensa se han adherido a la petición de la Fiscalía. Por su parte, la acusación particular se ha mantenido en solicitar una condena de 25 años de prisión y también diez de libertad vigilada, así como una indemnización para el hermano de la víctima, de 60.000 euros. La acción popular, por su lado, se ha adherido a la petición de la acusación particular.

RELATO DE HECHOS

Cabe recordar que, durante el juicio, el procesado reconocía los hechos, pero con matices respecto al relato fiscal, además de que afirmó no ser consciente, en el momento de los hechos, de haberla apuñalada, y tan solo al ver la sangre se dio cuenta de la gravedad y se marchó.

Asimismo, había negado que hubiera maltratado a Lorena en los ocho años de relación que habían mantenido ni tampoco después. Sí confesó que cuando se enteró de que ella estaba con otro una noche fue a su casa a coger un cuchillo al salir de trabajar y se desplazó en bus nocturno hasta el domicilio de la víctima, donde esperó a que subiera la pareja. Una vez en la entrada del piso, les empujó y el cuchillo se rompió, y entró en la casa a por otro.

Según su versión, fue el momento que el acompañante de su ex pareja aprovechó para huir cogiendo la mochila del acusado, y por eso salió corriendo detrás hasta el portal, sin alcanzarle. Al subir de nuevo, el procesado había declarado que la mujer se abalanzó sobre la mano en la que sostenía el cuchillo y que creía que ahí se debieron producir las puñaladas, que dijo no recordar.

Respecto el acompañante, que reside en Portugal, se leyó en el juicio su testimonio primero en el juzgado, al no presentarse a la vista oral. Este alegó que pensó que el acusado era el marido de la mujer y que se marchó por temor a que la agrediera. Asimismo, dijo no haber visto el cuchillo pero sí escuchar al procesado llamar a la víctima «puta» varias veces.

En el juicio también han testificado peritos forenses y policías. De su relato se pudo constatar que la mujer recibió una veintena de heridas incisas con el cuchillo, que era de grandes dimensiones, y que una puñalada en el corazón fue lo que le causó la muerte, si bien tardó unos minutos en fallecer. También se señaló que estas heridas fueron intencionadas.

Sobre el paso por la cárcel tras el arresto del acusado, un perito explicó que este llegó a decir a otros presos que no se arrepentía de lo que había hecho y que su ex pareja «se lo merecía», llegando incluso a amenazar tanto al acompañante de la víctima aquella noche como al hermano de esta.

Por parte de otros peritos, se remarcó que el acusado no tenía mermadas sus facultades ni volitivas ni cognitivas esa noche, pese a que dijo que había consumido droga y bebido mucho alcohol, y que no parecía ningún trastorno.