La Sección Segunda de la Audiencia Provincial celebra este lunes (11.00 horas) la vista previa del juicio contra 12 acusados de pertenecer a una banda que se dedicaba a introducir cocaína en España procedente de Colombia para venderla en Mallorca simulando ser repartidores de comida a domicilio. El Fiscal pide para cada uno de los encausados ocho años de prisión por un delito contra la salud pública y 1,3 años por pertenencia a banda criminal, además de multa de un millón de euros.
Según el escrito de acusación, los 12 acusados, junto a otras personas que no han sido localizadas, se dedicaban desde noviembre de 2019 de manera «coordinada, estructurada y estable» a la introducción de cocaína desde Colombia que posteriormente era vendida en Mallorca simulando reparto de comida a domicilio.
En el entramado, siguiendo el escrito de la Fiscalía, cada uno de los encausados tenía un papel asignado. Uno de los acusados, que residía en Madrid con su mujer, era el encargado de recibir la droga desde Colombia y, con su esposa, buscar a las ‘mulas’ con las que organizar el traslado de la sustancia a Mallorca para su distribución.
Según recoge el escrito de acusación, otra de las acusadas viajó desde Mallorca a Madrid el 1 de agosto de 2020 y en su regreso a la isla fue interceptada en el aeropuerto de Palma con una maleta con 1,2 kilos de cocaína, que hubiera alcanzado en el mercado ilícito un valor de 257.000 euros.
Otro de los acusados fue sorprendido el 2 de agosto de 2020 con el acusado que residía en Madrid con más de dos kilos de cocaína en su poder, que hubiera alcanzado un valor de venta de unos 196.000 euros.
Por su parte, otro de los acusados, sigue el escrito de acusación, lideraba la parte de la banda asentada en Mallorca. Entre sus funciones estaba recibir a las mulas, preparar la droga para su venta y captar a los repartidores, a quienes incluso daba de alta como autónomos y les asignaba un horario.
Éste también era ayudado por su esposa, otra de las acusadas, encargada de enviar las ganancias a Colombia. Otros eran los encargados de, una vez la droga estaba lista para ser vendida, organizar la distribución con vehículos. De este modo, varios de los acusados fueron sorprendidos cuando trataban de repartir la droga a los consumidores finales. El total de la droga incautada en el operativo podría haber superado en el mercado ilícito el medio millón de euros.