Los daños colaterales de apagar la nuclear: mayor dependencia energética y 28.000 empleos perdidos

Apagar el botón nuclear tendrá sus consecuencias. La primera será inmediata y supondrá la pérdida de 28.000 empleos directos e indirectos que a día de hoy mantiene el sector nuclear. Y la segunda será que España tendrá una mayor dependencia energética del exterior ya que al desmantelar las centrales nucleares actuales habrá que buscar otras energías en el exterior. A pesar de estos problemas, el Gobierno de España, a través del Ministerio de Transición Ecológica, sigue empeñado en acabar con la energía nuclear en pleno utopismo energético basado en ser autosuficientes solo con las renovables.

No es la primera vez que el Ejecutivo amenaza con acabar con la energía nuclear que se produce en España. Hace tan solo unos días, el departamento de Teresa Ribera ha hecho pública la versión inicial del Séptimo Plan General de Residuos Radiactivos. En esta hoja de ruta, el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco) sigue contemplando el escenario de referencia que incluye el cese de la operación de las centrales nucleares entre 2027 y 2035. De este modo, con esta medida se dará cumplimiento al Plan Nacional Integrado de Energía y Clima 2021-2030 (PNIEC) y al Protocolo de cese ordenado de explotación de las centrales.

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Teresa Ribera (PSOE)

Las razones que tiene el Gobierno para acabar con la nuclear son principalmente dos: optar por las energías renovables y evitar los peligros que podría causar la explotación en las centrales nucleares. Sin embargo, los expertos alertan de que solo con las renovables no se llega a ser autosuficiente energéticamente. Además, los trabajadores del sector nuclear aseguran a MONCLOA.com que la gestión de residuos es segura y se realiza de forma controlada.

Y es que mientras España pone fecha a acabar con el sector nuclear, el resto de países europeos potencia sus centrales. El caso más plausible es el de Francia que ya tiene 50 plantas abiertas y que sigue invirtiendo en reactores nucleares para tratar de ser autosuficiente a nivel energético y poder exportar su energía al resto del mundo. Uno de los países que necesita esta nuclear es precisamente España que ya recibe energía procedente de otras naciones como Rusia, Francia, Qatar o Argelia. El cierre de las centrales en España provocaría que se necesitará aún más energía nuclear del exterior provocando un aumento generalizado de los precios.

Pero tener aún más dependencia exterior no es el único problema que se plantea tras apagar el botón nuclear. Según el Foro de la Industria Nuclear Española, la industria energética emplea a cerca de 28.000 trabajadores tanto directos como indirectos e inducidos. Estas miles de personas perderían su puesto antes de 2035, fecha prevista por el Ejecutivo para acabar con la totalidad de las centrales nucleares activas en España.

EL ECOLOGISMO IDEOLÓGICO

El Gobierno de Pedro Sánchez ha pasado por alto todos estos daños colaterales y no cesa en su objetivo de apagar la nuclear en poco más de una década. También ha hecho caso omiso a la Comisión Europea que ha catalogado como verde a la energía nuclear. Además, cabe destacar que las centrales no emiten dióxido de carbono. No obstante, todos estos argumentos en contra, el ministerio liderado por Teresa Ribera continúa su objetivo de desmantelar las centrales.

Y es que según fuentes ministeriales, Transición Ecológica está empeñado en optar por las energías renovables para abastecer el país. Dentro de las renovables, el Ejecutivo engloba a la energía solar, eólica e hidráulica. Pero los expertos alertan de que las renovables no podrán abastecer el 100% de la demanda energética que existe actualmente en España.

El principal problemas de las energías renovables es que no son gestionables, ni tampoco almacenables. Depender de los fenómenos atmosféricos, que pueden tanto existir como no, no es del todo seguro. Es decir, el día que no haga sol se comprometerá a la energía solar y el día que no haga viento no existirá energía eólica. Además, aún no se ha encontrado la forma para poder almacenar este tipo de energías.

El principal problemas de las energías renovables es que no son gestionables, ni tampoco almacenables

Es por ello que expertos de la energía califican de ecologismo ideológico la apuesta por las renovables que está llevando a cabo el Gobierno de España. La realidad de la demanda es bien distinta y solo con las renovables a día de hoy es imposible abastecer energéticamente al país. Las renovables no llegan y, sin la nuclear, España tendrá una mayor dependencia energética del exterior. No obstante, el Ejecutivo lo tiene muy claro y continúa enfrascado en su utopismo energético.