La Compañía Nacional de Danza recupera desde el próximo 18 de mayo en el Teatro Real su versión de ‘Giselle’, inspirada en el Romanticismo español y la poesía de Gustavo Adolfo Bécquer, y que tendrá un «gesto» con Ucrania al incluir a varias bailarinas en las cuatro funciones que habrá en el coliseo madrileño.
«Estamos muy agradecidos a todo lo que nos han enseñado en este tiempo: resiliencia, humildad y gratitud. No se trata de una obra de caridad, sino que estamos hablando de artistas excelentes», ha señalado el director de la CND, Joaquín de Luz, quien se puso en contacto con las bailarinas ucranianas a través de un matrimonio amigo.
«Me lo comentaron, me puse en contacto con ellas y simplemente les abrimos las puertas», ha remarcado De Luz. Además de contar con tres bailarinas de este país (dos como parte del cuerpo de baile y una con un papel de personaje), las funciones del día 20 y 21 de mayo contarán con la bailarina Katja Khaniukova, primera solista del English National Ballet.
Las representaciones serán especiales para las bailarinas acogidas por la CND, procedentes del Ballet de la Ópera Nacional de Ucrania e integradas actualmente en el programa de Talento Emergente de la CND. Anastasiia Hurska será bailarina principal e interpretará el rol de Myrtha en una de las jornadas y el paso a dos del Pas de Paysan en otras dos representaciones, y Yelyzaveta Semenenko y Kateryna Chupina serán parte del cuerpo de baile en el papel de wilis.
Sin abandonar los elementos que han hecho de esta obra una de las cumbres del ballet clásico, la concepción de Joaquín de Luz recoge también la escuela bolera y las tradiciones españolas, y construye una ‘Giselle’ apoyada en la dramaturgia de Borja Ortiz de Gondra.
«Queríamos llevar ese mundo de las cumbres del Moncayo (en alusión a Bécquer) y cruzarlo con la poesía romántico español», ha explicado Ortiz de Gondra, tras recordar que Théophile Gautier –creador del libreto original– se había inspirado en las leyendas alemanas.
Además, esta obra incluye una sorpresa diferencial respecto a anteriores versiones de ‘Giselle’: se podrá escuchar la voz de la protagonista. «Es un universo estético pero también dramatúrgico: se escucharán voces en off y también la voz de la protagonista, ya como espíritu entre las sombras por haber amado demasiado», ha matizado el autor vasco.
La narración transcurre en una aldea de la Sierra del Moncayo, imaginada por la escenógrafa Ana Garay junto a los figurines de la diseñadora Rosa García Andújar y la iluminación de Pedro Chamizo. La obra tiene bucólicos campesinos, jóvenes enamoradas y apuestos galanes que viajan al bosque nocturno donde habitan las wilis, esos espíritus de muchachas muertas antes de casarse.