Robles aprovecha los cambios en Defensa para «premiar» con ascensos a los militares «margaritos»

Todos conocen el cese de la ya exjefa del CNI Paz Esteban López o el nombramiento de la antes secretaria de Estado de Defensa Esperanza Casteleiro. Pero pocos se han percatado de que la ministra de Defensa, Margarita Robles, ha aprovechado el caos de nuevos nombramientos y ceses en su cartera para dar galones a los flamantes «margaritos» militares. Es cierto que aún no es un rango en el escalafón, pero Robles se ha empeñado a fondo en conseguir seguidores en las Fuerzas Armadas a golpe de conceder la insignia de «margarito». El teniente general Julio Ayuso Miguel y la general de brigada doña Patricia Ortega García son dos de los ejemplos.

La ministra de Defensa se comporta casi como los propietarios de estaciones de servicio. Sabe que sus años dorados tocan a su fin y están aprovechando los últimos meses de buenaventura para prepararse la jubilación. Las petroleras directamente suben los precios con vistas a que el coche eléctrico se instalará en cuestión de un puñado de años. Margarita Robles se dedica a colocar margaritos por toda la administración pública sin ningún pudor y con esperanzas de que el PSOE se lo piense dos veces antes de dejarla caer. Fuentes del Gobierno aseguran que el presidente del Ejecutivo, Pedro Sánchez, no cuenta con ella para la próxima legislatura y hay quien incluso habla de que Robles ha amenazado con dimitir.

Julio Ayuso Miguel ha pasado de subdirector general de Coordinación y Planes del Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial «Esteban Terradas» a Teniente General del Cuerpo General del Ejército del Aire. Y Patricia Ortega García ha pasado de subdirectora general de Sistemas Terrestres del Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial «Esteban Terradas» a General de División del Cuerpo de Ingenieros Politécnicos del Ejército de Tierra. Son ascensos que se producen con cierta normalidad, pero los nombres de estos militares y su crecimiento en Defensa tienen que ver con otro galón que no aparece en el escalafón de las Fuerzas Armadas: el de «margaritos».

No es la primera vez que Robles gestiona ascensos a oficiales mal vistos por el Ejército

No es la primera vez que Robles gestiona ascensos a oficiales mal vistos por algunos miembros del Ejército. No es nada nuevo que con Margarita es fácil ascender siempre que cumplas un requisito básico que conocen muy bien personas como Juan José García de la Cruz (su jefe de gabinete) o Diego Íñiguez (consejero del Tribunal de Cuentas). Margarita solo pide lealtad ciega y a cambio ella se encarga de promocionar a sus «margaritos». El caso de los subdirectores del Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial «Esteban Terradas» tiene mucho que ver con este principio. Lo curioso es que Robles haya aprovechado el caos para lanzar al estrellato a dos de sus flamantes seguidores.

La obsesión de Robles no había estado centrada en los militares, sino en altas instituciones judiciales. El Tribunal de Cuentas, el Constitucional y los vocales del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) han sido hasta ahora su obsesión. Pero recientemente se ha dado cuenta la ministra que puede utilizar su cargo para tener amigos dentro del Ejército. No es la primera vez que se ven polémicos ascensos de militares, pero sí la primera vez que no se ha cortado a la hora de lanzar a dos oficiales.

Los enchufes de Margarita Robles en el plano militar han generado malestar entre los oficiales. Algunos han hecho ya llegar sus quejas a altos funcionarios aunque saben que poco le importará a una ministra que solo espera que la echen (o dimitir). No es la primera vez que Robles saca adelante o promociona asesores a cargos mejores. Su jefe de gabinete es el mejor ejemplo, pues su trayectoria profesional es tan gris como poco llamativa. Aún así, la lealtad es el mejor requisito que puedes presentar para ascender con Margarita. Aunque no lo hayan añadido de forma oficial, ser «margarito» tiene más posibilidades de promoción que un teniente general.

No es la primera vez ni será la última. Aún así, fuentes directas del Ministerio de Defensa han asegurado a MONCLOA.com que el enfado entre los militares es importante porque están viendo cómo el «politiqueo» y el «peloteo» a Robles se han convertido en las únicas vías de ascenso, dejando a un lado tanto el escalafón como otras cuestiones. Este enfado generalizado poco ha importado a los oficiales que han ascendido saltándose todo el código ético militar. Algunos llevan ya incluso en puestos clave durante tres legislaturas y poco le ha importado que haya cambiado de signo político el ministerio. Pero esta es una cuestión que trataremos más adelante.