Txantón Martínez-Astorquiza, presidente de la Sociedad Española de Ginecología y Obstreticia (SEGO), considera positiva la baja laboral por dolor menstrual, pero es partidario del establecimiento de controles para que no sea una ‘manga ancha’ en la que «todo el mundo» se acoja a esta incapacidad temporal, porque sería «insostenible».
En declaraciones a Europa Press Televisión, ha afirmado que «en principio» le parece bien esta modalidad de baja «si está bien ordenado todo, es decir, si la mujer ha ido a su médico de cabecera, ha ido al ginecólogo, y han intentado tratamientos para paliar ese dolor».
«Hay que ir al médico, tratarlo, estudiar si hay alguna patología como endometrosis detrás de ese dolor, o un mioma, u otras cosas, y si realmente ese porcentaje pequeño de mujeres, que yo creo que está en el entorno al 7-10 por ciento, pues sí que se beneficiarían de una baja, que puedan estar en casa descansando y por supuesto cubierta por la Seguridad Social», ha añadido.
Hasta la fecha, la concesión de bajas por este motivo no estaban reguladas, por lo que las mujeres que padecían una menstruación dolorosa se buscaban «la vida», según palabras de García-Astorquiza.
«Las mujeres llamaban a sus jefes, a sus compañeros de trabajo si estaban mal. ¡No voy, cúbreme!. Yo creo que, en general, se ha admitido y se ha hecho ‘manga ancha’. Seguro que en alguna empresa igual no, pero creo que en general creo que hemos sobrevivido, las mujeres han sobrevivido a este tema», ha especificado.
El presidente de los ginecólogos españoles cree que la entrada de vigor de la baja laboral por dolor menstrual es «favorecer a la mujer», pero no se puede convertir en ‘una manga ancha’, ha subrayado, «para que todo el mundo coja la baja, porque sería insostenible».
«Si hacemos todos las cosas bien, tanto los médicos de familia, como los ginecólogos y las pacientes, puede ser sostenible. Si un hospital como este (el Hospital de Cruces), en el que trabajamos 6.000 personas, y la mayoría son mujeres, cogen la baja tres días todas (las sanitarias) todos los meses pues realmente sería insostenible. Eso no va a pasar, pero por eso hay que poner unos cauces de control», ha aclarado.
Este control, ha reiterado, pasa porque el médico de familia y el ginecólogo conozcan la patología y haberla tratado, «y si a pesar de todo duele mucho pues sí, hay que habilitarle (a la paciente) una certificación para que pueda coger una baja sin problemas».
El ginecólogo bilbaíno espera que no se den casos de picaresca, para los que ya existen inspectores que se dedican a controlar las bajas. «Yo no entro en ese tema, yo hablo solo de la filosofía, la filosofía me parece bien, no sé si la ley es necesaria o no, pero bueno hasta ahora hemos sobrevivido con otras cosas, si la mujer se ve beneficiada, la que necesite bien, a mi me parece razonablemente bien», ha concluido.