La Audiencia de Granada ha condenado a cinco años y medio de prisión a un hombre por abusar sexualmente de la nieta de su pareja sentimental en repetidas ocasiones cuando se quedaba al cuidado de la abuela porque sus padres tenían que trabajar, bien de manera puntual o por ausencias más largas, como durante los meses en los que se desplazaban a Francia para trabajar en la vendimia.
En la sentencia se expone que en el momento de los abusos, que se prolongaron desde que la menor tenía seis o siete años hasta cumplir los nueve, el acusado era el marido de la abuela de la niña y convivía con ella en el mismo domicilio. El tribunal hace hincapié en este sentido en que la relación de la pequeña con el acusado «era la propia de un abuelo con su nieta».
Esto se extendía a todos los miembros de la familia, para quien el acusado era «un miembro más, manteniendo una relación de afecto y cordialidad, siendo considerado y tratado por los padres» de la menor «como un verdadero padre y suegro respectivamente», según considera probado la sentencia, contra la que cabe recurso ante el TSJA.
En este contexto, la niña se quedaba «en numerosas ocasiones» al cuidado de su abuela paterna en el domicilio de ésta, junto con su hermano menor, debido a las exigencias laborales de sus padres, bien de manera puntual y esporádica, o bien por ausencias de más larga duración, como los meses de septiembre y octubre de 2018 y de 2019, mientras sus padres acudían a la temporada de la vendimia en Francia.
Durante aproximadamente tres años, el acusado aprovechaba los momentos en los que estaba a solas con la menor para someterla a comportamientos sexuales que se fueron «intensificando en número e importancia» durante este periodo y a medida que iba ganando confianza, pues la pequeña no alertaba a su entorno de lo que sucedía cuando estaba a solas con el abuelo.
De hecho, para evitar que lo contara la amedrentaba diciéndole que si lo hacía «la Guardia Civil lo mataría, lo encerrarían en la cárcel, o él mismo mataría a su padre».
Cuando la niña alcanzó los nueve años, al haber tomado mayor conciencia de lo que le estaba haciendo el acusado, lo rehusaba y lo amenazaba diciendo que si continuaba se lo iba a decir a sus padres. Finalmente, a finales de 2020 la madre interpuso una denuncia ante la Guardia Civil por estos hechos, de los que tuvo conocimiento porque día antes la niña, a través de una nota escrita, le dijo «mamá, soy una niña violada».
A partir de ese momento la menor fue verbalizando las vivencias sexuales mantenidas con el acusado los años anteriores, las cuales había guardado para si hasta ese momento por miedo a las consecuencias que pudieran causar a sus seres queridos.
Por todo ello, la Audiencia de Granada ha condenado al acusado como autor de un delito continuado de abuso sexual a menor de dieciséis años a la pena de cinco años y seis meses de prisión, y otros seis años de libertad vigilada una vez que salga de la cárcel. Además, no podrá acercarse o comunicarse con la menor por cualquier medio durante siete años.