El Congreso dará este jueves un nuevo paso para poner fin a la obligación de rogar el voto que tienen desde 2011 los españoles que viven en el extranjero. Será en el marco de la Comisión Constitucional, donde se aprobará un dictamen de reforma de la Ley Electoral, que previsiblemente contará con apoyo del Gobierno, sus aliados parlamentarios y también el PP, y que después se elevará al Pleno.
Fue en febrero de 2021 cuando PSOE y Unidas Podemos registraron esta iniciativa que fue tomada en consideración tan sólo dos semanas después. Sin embargo, la propuesta estuvo congelada varios meses, debido a las sucesivas prórrogas de los plazos de presentación de enmiendas, y a las comparecencias de expertos que se programaron para recabar su opinión.
A finales del pasado mes de abril los grupos presentaron por fin sus enmiendas parciales, incluido el PSOE y Unidas Podemos, que, a su idea inicial de que los residentes en el extranjero puedan descargarse las papeletas de votación telemáticamente añadieron la obligatoriedad de que les sean remitidas también papeletas físicas.
Además, socialistas y morados plantean un nuevo apartado para obligar por ley a las administraciones públicas a disponer de los medios precisos en cada caso, para que los envíos a estos electores de la documentación electoral correspondiente en cada proceso se lleven a cabo «de la manera más rápida, segura y eficaz» e incluso contando para ello «con la valija diplomática, en la medida en que sea necesario y posible».
Estos electores podrán votar bien por correo o bien directamente en las urnas habilitadas en embajadas, oficinas o secciones consulares en las que estén inscritos o en los lugares que a tal fin se habiliten para ello. En una de sus enmiendas ambos partidos subrayan que podrán hacerlo «en horario de mañana y tarde» y en todas las embajadas», lo que no constaba en su proposición original.