El Gobierno niega que se haya eliminado de la enseñanza de Lengua el estudio de los prefijos y los sufijos en el currículo de la etapa de Educación Primaria. En una respuesta parlamentaria dirigida a VOX, el Ejecutivo explica que el Real Decreto 157/2022, de 1 de marzo, por el que se establecen la ordenación y las enseñanzas mínimas de la Educación Primaria, aborda la competencia específica 9 del área de Lengua Castellana y Literatura.
Según señala, el desarrollo de la competencia implica la reflexión «de forma guiada sobre el lenguaje a partir de procesos de producción y comprensión de textos en contextos significativos, utilizando la terminología elemental adecuada, para iniciarse en el desarrollo de la conciencia lingüística y para mejorar las destrezas de producción y comprensión oral y escrita» y observar «diferentes relaciones de forma, función y significado entre las palabras o los grupos de palabras».
Entre los criterios de evaluación, se hace alusión a la reflexión sobre el funcionamiento de la lengua, con especial atención a «la concordancia y a las relaciones de significado entre las palabras, a partir de la observación, comparación y transformación de palabras y enunciados» o a «la relación entre sustantivos, adjetivos y verbos, a partir de la observación, comparación y transformación de palabras, enunciados y textos».
«Cabe señalar que, como bien sabe el profesorado que imparte docencia en este área, reflexionar sobre aspectos como la concordancia; las relaciones de forma, función y significado entre palabras o la relación entre sustantivos, adjetivos y verbos a partir de la transformación de palabras, implica, entre otros, los procesos de derivación por prefijación o sufijación», sostiene el Gobierno en su respuesta.
Por ello, defiende que «no cabe concluir que el currículo de Lengua Castellana y Literatura haya eliminado en modo alguno los prefijos y los sufijos de las enseñanzas de la lengua en la etapa de Educación Primaria».
«Por el contrario, el nuevo enfoque competencial establece que el estudio de ambos procesos ha de contextualizarse para que pueda contribuir a mejorar las destrezas comunicativas del alumnado», añade.
Respecto a la eliminación del mínimo común denominador de las enseñanzas mínimas, el Ejecutivo resalta que «el grado de concreción con el que se recogen los saberes en el currículo no es tan detallado como en modelos anteriores y corresponde a las Administraciones educativas la concreción de este currículo».
Asimismo, explica que wl mínimo común denominador es el nombre que recibe el mínimo común múltiplo de los denominadores, «concepto necesario, aunque no imprescindible en la resolución de operaciones aritméticas de fracciones, recogido en los saberes básicos».
Además, apunta que para obtener el mínimo común denominador en situaciones contextualizadas es «necesario calcular el mínimo común múltiplo de los denominadores, requiriendo por tanto el conocimiento de la relación de divisibilidad y de los múltiplos y divisores de los denominadores, saberes también recogidos en el nuevo currículo de Matemáticas de Primaria».
«Desde la perspectiva de la didáctica de las matemáticas, el cálculo del mínimo común múltiplo y del máximo común divisor en situaciones descontextualizadas se reduce a la reproducción de reglas, trucos o pautas algorítmicas no razonadas, que producen dificultades en la comprensión de dichos conceptos. El nuevo currículo de Matemáticas ha evitado este tipo de aprendizajes memorísticos y descontextualizados», argumenta.
Por último, sostiene que «la no incorporación explícita del concepto» mínimo común denominador está en consonancia con la propuesta del Comité Español de Matemáticas (CeMat) en su documento ‘Bases para la elaboración de un currículo de Matemáticas en Educación no Universitaria’.