El Consell Nacional de la Cultura i de les Arts (CoNCA) ha reconocido con los Premis Nacionals de Cultura 2022 a la escritora Rosa Fabregat, al dramaturgo Jordi Casanovas, a la asociación de escritores PEN Català, a la bailarina y coreógrafa Núria Guiu y al proyecto cultural ‘Càntut. Cançons de tradició oral’.
La entrega de galardones se ha celebrado este viernes en un acto en la Fundació Miró de Barcelona con el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès; el secretario general de Cultura, Jordi Foz; otros representantes del sector, y el jurado del certamen, el pleno del CoNCA, compuesto por Margarida Troguet, Jordi Font, Salvador Casals, Jaume Ayats, Tania Safura, Núria Iceta y la presidenta, Vinyet Panyella.
Aragonès ha erigido la cultura como la «mejor forma de empoderar a la ciudadanía y ofrecerles herramientas para que sean libres e impulsar sociedades mejores, inconformistas y con ganas de avanzar», además de ser elemento de transformación y progreso.
Ha asegurado que, lejos de ser un lujo para unos pocos, la cultura es una herramienta que permite que la ciudadanía se exprese, se defina y se proyecte al exterior, y ha hecho una «reivindicación a la autoestima cultural del país, porque la cultura catalana en su diversidad y pluralidad de disciplinas está en el primer nivel».
Por su parte, Panyella ha defendido que los premiados ejemplifican la complejidad y la riqueza del sector cultural catalán, que según ella es fuerte y diverso pese a los «déficits endémicos de financiación», y ha llamado a defender la lengua desde la vocación de universalidad de la cultura.
FABREGAT, CASANOVAS Y PEN CATALÀ
El jurado ha premiado a Rosa Fabregat (Cervera, 1933) por su larga trayectoria poética y literaria y su compromiso cultural desde que empezó a escribir, a los 14 años, así como por su innovación en la novela y el ensayo, donde exploró la ciencia ficción y el feminismo, y le ha entregado el galardón la escritora Laia Noguera.
Fabregat, que ha firmado un total de ocho novelas y 20 libros de poesía y fue Creu de Sant Jordi en 2017, ha recordado sus inicios como lectora cuando era una niña a través de los versos de Jacint Verdaguer, y ha dicho que ve en este reconocimiento una motivación que le permitirá recuperar parte de la vitalidad y las ganas para «volver a gritar ‘¡Viva Catalunya libre y feminista!'».
Jordi Casanovas (Vilafranca del Penedès, 1978) ha sido reconocido por proponer un teatro documental con un componente social y político, por su ejercicio de «desconstrucción relativo a la sociedad catalana» y por reflexionar sobre la violencia y el miedo con su obra, que reúne más de una treintena de textos interpretados en diversos países del mundo.
Tras recoger el premio de manos de la dramaturga Cristina Clemente, Casanovas ha destacado que el teatro es una «una forma de cultura propia para agitar a los conciudadanos y a la vez para romper fronteras», y ha celebrado que actualmente haya una generación de dramaturgos catalanes que según él trabajen en esa línea.
El jurado ha reconocido al PEN Català, el tercer centro creado en el mundo por PEN Club, nacido en Londres en 1921, por sus 100 años de defensa continua de la libertad de expresión, de la literatura y la lengua catalana y por recordar que «los conflictos, la censura y la violencia siempre pueden encontrar un espacio de paz» en las letras y las artes.
El premio lo ha entregado el artista Joan Fontcuberta y la presidenta, Angels Gregori, ha destacado la trayectoria de la entidad desde los «momentos de fascismo emergente en Europa» en el siglo XX hasta la actualidad, donde reivindica la cultura como elemento de intercambio entre países, la libre circulación de ideas y el compromiso con la palabra y con la tradición vista desde el futuro, ha dicho.
NÚRIA GUIU Y ‘CÀNTUT’
De Núria Guiu (Mollet del Vallès, 1985) ha premiado su propuesta de lenguaje artístico y su código propio como creadora, con el que explora la relación entre la danza y el mundo digital a través de «una mirada socioantropológica», y reivindica su excelencia artística y su proyección nacional e internacional.
Le ha hecho entrega del galardón su compañera de profesión Catherine Allard, y Guiu ha explicado que cuando se inició en la danza sufría anorexia y vio en el movimiento «una oportunidad de reinventarse», y ha reivindicado que la danza y todos sus lenguajes son una forma de protesta y de legitimización de identidades y cuerpos, así como un acto político y de resistencia.
‘Càntut. Cançons de tradició oral’ ha recibido el Premi Nacional por contribuir desde 2012 a la difusión del patrimonio musical de transmisión oral de las comarcas gerundenses y por su «clara vocación internacional y de dar valor a la tradición acercándola a la actualidad» fomentando la participación ciudadana y la creación de nuevos referentes.
Ha entregado el galardón el músico Artur Blasco, Premi Nacional de Cultura Popular de 2014, y Francesc Viladiu, responsable del proyecto junto a Albert Massip, ha advertido de la importancia de defender las canciones tradicionales en un contexto de globalización, «que amenaza las culturas pequeñas y sin demasiado protección», como cree que es la catalana.