El Tribunal de Cuentas Europeo denuncia que la UE ha sobreestimado su presupuesto climático al menos en 72.000 millones

El Tribunal de Cuentas Europeo ha detectado que «no todos los gastos notificados relacionados con el clima en el marco del presupuesto de la UE eran realmente pertinentes para la acción por el clima» y calcula que esta sobrestimación de su presupuesto climático asciende, al menos, a 72.000 millones de euros. Por ello, los auditores avisan de que la información sobre el gasto del clima resulta «poco fiable» por las insuficiencias que presenta.

En un informe especial publicado este lunes, ‘Gasto relacionado con el clima en el presupuesto de la UE para 2014-2020: No fue tan elevado como se había comunicado’, el Tribunal de Cuentas Europeo concluye que la Unión Europea «ha incumplido» su objetivo autoimpuesto de destinar al menos el 20 por ciento de su presupuesto para el período 2014-2020 a la acción por el clima.

En esa línea, los auditores de la entidad temen que estos «problemas de fiabilidad» puedan persistir en el periodo 2021-2027, cuando el nuevo objetivo de gasto climático de la UE aumentará hasta el 30 por ciento.

En concreto, el análisis critica que, aunque la Comisión Europea ha anunciado que la UE ha cumplido su objetivo de financiación climática del 20 por ciento e indica que ha gastado 216.000 millones en acción por el clima, en realidad los auditores han constatado que el gasto notificado no siempre era pertinente para la acción por el clima y que el importe declarado como gastado para ese fin había sido sobreestimado al menos en 72.000 millones de euros.

El miembro del tribunal que ha dirigido la auditoría, Joëlle Elvinger, subraya que el cambio climático es una «prioridad clave» para la UE, que se ha fijado objetivos «ambiciosos» en materia de clima y energía.

Así, constata que entre 2014 y 2020 no todos los gastos notificados relacionados con el clima en el marco del presupuesto de la UE eran «realmente pertinentes» para la acción por el clima y, por ello, el informe especial del Tribunal de Cuentas ha formulado una serie de recomendaciones.

Entre ellas, aconseja a la Comisión Europea que justifique la relevancia para el clima de la financiación agrícola, dado que es el gasto más sobreestimado, en casi 60.000 millones de euros. En concreto, el informe señala que la CE indicó que le 26 por ciento de la financiación agrícola de la UE era relevante para el clima, lo que supone aproximadamente la mitad del gasto total de la UE en este ámbito. Sin embargo, afirma que las emisiones de gases de efecto invernadero de las explotaciones agrícolas en la UE no han disminuido desde 2010.

Otros de los principales ámbitos de los programas de gasto público pertinentes para el clima de la UE además de la agricultura son las infraestructuras y la cohesión.

Respecto a la falta de fiabilidad de esta información, el informe argumenta que el actual método de seguimiento se basa en la hipótesis, dado que no evalúa la contribución final a los objetivos climáticos de la UE y no existe un sistema de seguimiento de los resultados climáticos.

Así, concluye que los coeficientes no siempre son realistas puesto que en algunos casos el gasto se considera pertinente para el clima a pesar de que los proyectos y programas que apoya tienen un impacto escaso o nulo en el clima (por ejemplo, las infraestructuras en las zonas rurales).

En otros casos, no se tienen en cuenta los posibles efectos negativos, como por ejemplo el impacto negativo de las emisiones de carbono. Por otro lado, los auditores consideran que la Comisión sobreestimó la contribución climática de los principales subsectores de la infraestructura y la financiación de la cohesión, como el transporte ferroviario, la electricidad y la biomasa.

En términos generales, los auditores estiman «más probable» que la proporción de gasto relacionado con el clima, con cargo al presupuesto de la UE se sitúe en torno al 13 por ciento, es decir unos 144.000 millones de euros, frente al 20 por ciento notificado.

Por otro lado, el Tribunal de Cuentas advierte del riesgo de que los importes previos ya comprometidos no se gasten, lo que podría inflar «aún más» el gasto climático notificado.

Más allá de analizar el periodo 2014-2020, los auditores revisaron también los cambios previstos en el seguimiento del gasto relacionado con el clima después de 2020 para contribuir a que la Comisión Europea mejore la futura información sobre su gasto climático.

Así, el Tribunal de Cuentas Europeo avisa de su «preocupación por la fiabilidad» de los informes sobre el clima para el período 2021-2027, puesto que a pesar de las mejoras propuestas en la metodología de notificación «persiste la mayoría de los problemas detectados en el período 2014-2020».

El Instrumento Europeo de Recuperación, introducido en 2020, incorpora el principio clave de no causar un perjuicio significativo, lo que significa que las actividades económicas no deben amenazar los objetivos medioambientales o climáticos.

Sin embargo, los auditores ven «falta de claridad de los vínculos entre los pagos y los objetivos climáticos» por lo que observan que el instrumento plantea retos adicionales.