Inmaculada Sanz está en boca de todos desde que se celebró el congreso del Partido Popular de Madrid. Isabel Díaz Ayuso arrasó, como era de esperar. Pero lo que más llamó la atención es que la portavoz del Gobierno y delegada de Seguridad y Emergencias del Ayuntamiento de Madrid fue la más mimada por el todopoderoso jefe de gabinete Miguel Ángel Rodríguez. Abrazos, alabanzas y algún que otro nombramiento dejaron claro que el idilio entre Inma y Ayuso no ha hecho más que empezar. Pero mientras unos se daban mutuamente la enhorabuena, otros veían cómo la «traición de Inma» medraba y la convertía en vicesecretaria del Partido Popular de Madrid mientras otros con el mismo o más peso que ella en el Consistorio se han quedado solo de vocales. La mayoría de los integrantes del Ayuntamiento salieron mal parados de este congreso. Su lealtad a Pablo Casado les ha pasado factura. A todos menos a Inma.
Con el nombramiento de Inmaculada Sanz, muchos han empezado a atar cabos. Fuentes del Consistorio dejan claro que la portavoz ha jugado a dos bandas desde al menos octubre de 2021. La guerra entre Ayuso y Pablo Casado obligó a muchos a posicionarse. En Sol cerraron filas con la presidenta de la Comunidad de Madrid en su mayoría, a excepción de los consejeros Enrique López, Carlos Izquierdo y David Pérez, que ya sufren las consecuencias. Y en el Ayuntamiento, la mayor parte de los concejales se mantuvo leal a Génova. Sin embargo, hubo un verso libre en el Consistorio que decidió jugar a dos bandas. Y al final parece que su apuesta de jugar solo por ella le ha salido bien. Otros, como Borja Carabante, delegado del Área de Gobierno de Medio Ambiente y Movilidad, han visto cómo su lealtad al aparato del partido le han valido solo un castigo en el congreso. Pero Inma ha salido muy bien posicionada.
El Ayuntamiento ha salido mal parado del congreso. No ha habido cuotas que valgan para José Luis Martínez Almeida. Ayuso ha puesto solo a los suyos en puestos de responsabilidad. Y entre los suyos está también Inmaculada Sanz. Aún sorprende tanto en Sol como en Cibeles ese comentado abrazo entre Inma y Miguel Ángel Rodríguez. Sanz sabía perfectamente que la Comunidad de Madrid le reservaba un buen puesto en la ejecutiva del partido, tal y como detallan fuentes del PP. Y como agradecimiento no pudo contener su alegría al ver a su valedor: Miguel Ángel Rodríguez. El problema es que la «traición de Inma» es lo más comentado en el Consistorio y ha puesto una diana en su frente.
Inmaculada Sanz comenzó a moverse por su cuenta tan pronto como Pablo Casado cayó en desgracia
Inmaculada Sanz comenzó a moverse por su cuenta tan pronto como Pablo Casado cayó en desgracia. Esa protesta frente a Génova por el presunto espionaje a la presidenta fue el pistoletazo de salida para que Inma, como buena superviviente política, comenzara sus tímidos acercamientos a Sol para garantizarse el futuro político. No era muy difícil de entender que, sin Pablo, el PP de Madrid sería de Ayuso y quién decidiría sobre qué puestos se daba a qué populares sería precisamente la presidenta de la Comunidad de Madrid. Con esta premisa clara, Inmaculada comenzó a moverse por su cuenta y solo por ella, sin atender a lealtades de partido.
Su preocupación, cuentan quienes la conocen y comparten con ella asiento en el Ayuntamiento de Madrid, es la supervivencia. Prueba de ello es cómo se ha despreocupado del estado del Partido Popular de Hortaleza, del que es presidenta. Mientras que antes del paso de Inma duplicaba casi los apoderados por mesa, ahora tan solo hay poco menos de 30. Pero esto es solo un dato de color que deja claro que Inmaculada Sanz tiene claras sus prioridades. Y con la caída de Pablo, esas prioridades pasaban por conservar ese salario público que supera los 100.000 euros brutos al año.
La «traición de Inma» no solo ha escocido en el Ayuntamiento. En Sol había más de uno que esperaba que su lealtad le diera algún cargo importante en la ejecutiva y han visto cómo la portavoz les adelantaba por la derecha. El nombramiento de Inma ha sentado especialmente mal en la Comunidad de Madrid no solo porque alguien de fuera se ha quedado con un cargo importante en la ejecutiva, sino porque desde Sol aseguran que conocen todo lo que Inma dijo de Ayuso cuando Casado estaba en Génova. Pero eso parece que ya es agua pasada.
LOS CONCEJALES Y EL RECELO
Quien no mire con recelo a Inma es porque directamente no conoce la historia de su «traición», la comidilla del Ayuntamiento. La mayoría de los integrantes del Consistorio viven algo similar al luto tras el congreso debido a que Ayuso ha escenificado su ruptura con todo aquel que se mantuvo leal a Casado. Borja Carabante es uno de los mejores ejemplos que escenifica que la presidenta de la Comunidad de Madrid ha cumplido las cuotas a unos niveles mínimos. El peso del Ayuntamiento de la capital en la ejecutiva del PP de Madrid es mínimo. Carabante consiguió pescar un cargo de vocal por las formas, pero la mayoría ha quedado fuera y a la espera de que lleguen los mochitos de Miguel Ángel Rodríguez para sustituirles en mayo de 2023.
Por supuesto, desde el entorno de Inmaculada Sanz aseguran ignorar toda esta historia que circula por los pasillos de Cibeles. «No hay constancia, ni en su entorno ni ella misma, de ningún malestar. Es un honor para ella poder ayudar al partido, como siempre lo ha hecho en los puestos de partido en los que ha estado, y es totalmente leal al partido. Y, desde luego, está desde el primer momento 100% comprometida con el proyecto de Almeida, cuya campaña dirigió en 2019», aseguran fuentes cercanas a la portavoz municipal.