¡Hasta que por fin el WhatsApp de la campaña de Macarena Olona reaccionó!, pero de qué manera. La mañana de este viernes el equipo de comunicaciones de la candidata de VOX a la Junta de Andalucía mandó el primer mensaje que llevaba una imagen con su agenda de la semana, pero la imagen no venía sola… Iba acompañada de un mensaje con puntilla, que enfila directamente contra periodistas, en el que sugiere, abiertamente que son <<subvencionados>> por los partidos de Ferraz y Génova, haciendo alusión al PSOE y el Partido Popular.
Ahora resulta que cuando a la candidata no le gusta lo que se dice de ella en los medios de comunicación, la culpa no es de sus acciones y de su discurso populista de derechas, sino de los periodistas que reseñan sus actuaciones, que de acuerdo con lo que sugiere la aspirante a ser presidenta de la Junta de Andalucía, trabajan en función de supuestas subvenciones dadas por los dos principales partidos políticos a los que confronta la extrema derecha española.
Olona lanzó una de sus estrategias de campaña la semana pasada, un par de días antes de que se oficializara la cuenta atrás para los comicios que se celebrarán el próximo domingo 19 de junio, pero desde que se difundió la información de que la candidata tendría una canal de WhatsApp para enviar propaganda a sus seguidores, con la intención de que los difundan entre sus amigos y familiares, no había tenido ninguna actividad. El viernes mandó dos mensajes: su agenda de la semana y un video de un señor que le dice que cuente con él, tras romper el carnet de afiliado al Partido Popular.
El pasado lunes la candidata de la extrema derecha tuvo una participación que dejó mucho que desear en el primer debate televisivo en el que estuvieron presentes los seis candidatos que se medirán en los comicios por la Junta de Andalucía. En principio, Olona intentó mantener el control y trató de hablar con un tono de voz que iba más de <<yo no fui>> que de conciliadora, pero que a mitad de camino ya se le vieron las costuras y comenzó a confrontar a los otros cinco candidatos.
Todo parece indicar que la candidata de la extrema derecha no ha aprendido que los discursos de odio y el populismo desenfrenado, que busca capitalizar votos mediante la confrontación y el odio, no dan los mejores resultados electorales y que al final le podrían pasar factura en su carrera política, tal como le pasó a Iglesias, que después de haber estado en la cima de la popularidad dentro de la tolda morada, entre sus diferencias con el partido de Gobierno y los contantes ataques contra la prensa le valieron la popularidad y lo quemaron, políticamente hablando.
En tan solo tres meses, Iglesias pasó de ser el vicepresidente de España, enchufado en el Gobierno de Pedro Sánchez, a ser fulminado en las elecciones por la presidencia de la Comunidad de Madrid en las que lo derrotó Isabel Díaz Ayuso. Todo esto ocurrió entre marzo y mayo de 2021 y desde entonces, el ex líder político ha quedado relegado a pequeños espacios de opinión.
Olona tiene ahora la misma actitud sobrada que tenía Iglesias cuando se creía popular y lo demostró en el debate televisado que le valió un par de horas marcando tendencias en las redes sociales y las búsquedas de internet, pero lo que quizá la candidata no tiene muy claro es que la mayoría de los comentarios de las personas que estaban como espectadores del debate tenían frases negativas hacia ella y sus planteamientos políticos.
La candidata de Vox parece que no recuerda que esta era la estrategia del ex líder de Podemos, que tampoco le dio muchos resultados positivos o es que sus asesores políticos no tienen conocimiento de lo que ha pasado con la tolda morada.
De hecho, Olna debería tener en cuenta que esta misma semana tanto Iglesias como la mamá de sus hijos sufrieron el más reciente revés judicial por tratar de enfrentarse al periodista Alejandro Estrambasaguas, quien finalmente fue absuelto en la causa que iniciaron la pareja de los morados, quienes lo acusaron de haber acosado a su hijos.
La sentencia del Juzgado 30 de lo Penal de Madrid, en su sentencia señala que el comunicador no cometió delito alguno, ni contra los hijos de Montero e Iglesia, ni contra ellos mismos, tal como lo pretendieron hacer ver ante la justicia.
Al final, a Olona no le queda mucho tiempo para demostrar qué tan efectivos pueden ser sus mensajes de confrontación y de momento tendrá que esperar los resultados de las elecciones del 19 de junio para analizar sus estrategias.