Tratamientos con toxina botulínica para casos de vejiga hiperactiva, con UROINFO

La vejiga hiperactiva es una patología disfuncional que produce una alteración en el proceso de llenado de este órgano. Desde la clínica UROINFO, el urólogo Leonardo Tortolero explica que esta afectación genera contracciones musculares involuntarias que producen ganas de orinar con mayor frecuencia.

Según datos de la Asociación Española de Urología (AEU), la incidencia de esta anomalía varía según la edad. Además, en términos generales, esta afección tiene mayor incidencia en mujeres que en hombres.

El doctor Leonardo Tortolero es un urólogo con formación especializada que ejerce en Alicante. Se ha enfocado en el uso de las últimas tecnologías para el tratamiento de enfermedades relacionadas con el aparato reproductor masculino, como la hiperplasia benigna de próstata.

Tratamiento de la vejiga hiperactiva

En UROINFO también se valen de distintos avances para el diagnóstico y tratamiento de las enfermedades de transmisión sexual (ETS) y de la vejiga. Sobre este último órgano, el doctor Tortolero señala que existe un método muy eficaz para aliviar el síndrome de la vejiga hiperactiva. En su clínica utiliza la toxina botulínica, indicada para tratar problemas urgentes de incontinencia urinaria. Este procedimiento ha demostrado tener excelentes resultados.

La toxina botulínica es una neurotoxina que produce una bacteria llamada Clostridium botulinum. Su capacidad de producir parálisis muscular es la que se aprovecha en el campo de la urología para reducir la hiperactividad en la vejiga. De esta manera, se eliminan los síntomas que causan el continuo e incontrolable deseo de orinar.

¿Cómo se produce la aplicación de la toxina botulínica en la vejiga?

El procedimiento requerido para aplicar un tratamiento de toxina botulínica en la vejiga hiperactiva es relativamente sencillo. Este consiste en infiltrar la sustancia directamente en la vejiga mediante una cistoscopia. Es una intervención de tipo ambulatorio que permite al médico visualizar el interior de la vejiga e inyectar la toxina.

En la mayoría de los casos, el efecto de alivio de los síntomas asociados a la vejiga hiperactiva dura entre 6 y 9 meses. Tortolero indica que se trata de una operación médica sencilla que no dura más de 30 minutos. Tras someterse a la intervención, el paciente puede retornar a sus actividades sin ningún problema.

El doctor Tortolero acostumbra a hacer un seguimiento de la evolución del paciente, pasados los 30 días posteriores al tratamiento. Añade que, en la medida que los síntomas reaparecen tras pasar el efecto de la toxina botulínica, se puede estudiar una nueva intervención. Este procedimiento es una alternativa eficaz al uso de fármacos antimuscarínicos que suelen causar efectos secundarios en muchas personas.

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