Alberto Garzón, desesperado por sobrevivir, enfrenta a IU con Podemos para complacer a Yolanda Díaz

El ministro de Consumo, Alberto Garzón, ha dado un giro más propio de Juego de Tronos que de la política actual. A pocos meses de que la vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, dé el paso con su plataforma de izquierdas Sumar, el ministro de Consumo ha dado la espalda a Podemos y se ha entregado en cuerpo y alma a Yolanda para mendigar un hueco en su partido. La ruptura entre la formación morada y Yolanda Díaz es total. De hecho, los mimbres que ha dejado Andalucía auguran una ruptura mayor entre Podemos y Sumar, dado que no han sido capaces de ponerse de acuerdo para presentar un partido unido. Pero Izquierda Unida ya ha elegido bando. Y es el de la vicepresidenta.

Fuentes directas del Gobierno aseguran que Alberto Garzón ha cambiado de actitud con Yolanda Díaz y que ahora exhibe un «servilismo» digno de cualquier película del siglo XIX. No solo evita cualquier confrontación con ella, sino que hace todo lo que le ordena la vicepresidenta segunda del Gobierno. En un principio, Yolanda Díaz no tenía una buena relación con Garzón hasta el punto de que fuentes del Ministerio de Trabajo aseguraban que Yolanda no contaría con Garzón bajo ningún concepto para su partido. Pero algo cambió meses después y ahora el ministro de Consumo ha sido capaz de enfrentar Izquierda Unida contra Podemos con tal de demostrar que quiere sumarse a las filas de Sumar, la flamante formación.

Desde hace meses, Yolanda Díaz ha arrancado los contactos con Más País y con Íñigo Errejón. Con el contexto de las elecciones andaluzas, la vicepresidenta las está utilizando como excusa para intensificar los contactos con el líder del partido progresista y así aprovechar los encuentros privados para hablar de la confluencia. Izquierda Unida también quiere subirse al barco y Alberto Garzón utiliza los Consejos de Ministros para someterse a la voluntad de la vicepresidenta y dejarle entender que la vieja izquierda también quiere sumarse a la plataforma de la ministra.

Yolanda Díaz quiere dirigentes de izquierdas que no compren polémicas. Esto deja fuera a la ministra de Igualdad, Irene Montero, y a cualquier dirigente de Podemos, a excepción de Ione Belarra, con la que no tiene tan mala relación porque entiende que ha realizado una «buena labor» al mantener unido un partido como la formación morada. La idea que tiene la vicepresidenta es la de integrar en Sumar al máximo número de formaciones posibles para robar los votantes de Podemos obligando así al partido a someterse a su criterio en las listas o a presentarse por su cuenta. Entre esas formaciones, Izquierda Unida cuenta con su visto bueno, pero hay otras que prefiere por encima de todo porque entiende que visten un uniforme más nuevo y con menos cargas del pasado. Izquierda Unida no es un gran reclamo para Díaz, pero sí que tiene un peso suficiente como para quererlo entre sus filas dado que no deja de ser el partido de sus inicios como política.

Las claves para Díaz son convencer a Más País y a Alianza Verde y someter a Podemos. Con Juan López de Uralde e Íñigo Errejón mantiene buena relación y entiende que son perfiles políticos que aún no están quemados, tal y como deslizan las fuentes del entorno de la vicepresidenta. Un deseo expreso de la vicepresidenta sería incluir a PACMA, pero los animalistas insisten en que prefieren ir en solitario para dar más fuerza a su mensaje. Y respecto a Podemos, la idea de la ministra es integrarlos siempre que se sometan a su criterio a la hora de elaborar las listas. Algo que podría dejar sin posibilidades a Irene Montero o a Pablo Echenique, dos perfiles tremendamente polémicos que representan todo lo que Díaz no quiere en su equipo.

En todas las esquinas del Ministerio de Trabajo se habla de la mala relación que mantiene Yolanda Díaz con Podemos. Esta realidad que es vox populi entre todos los integrantes de Unidas Podemos ha empujado directamente a Alberto Garzón a alejar Izquierda Unida del yugo de Ione Belarra. No hay una sola encuesta que no coloque a Irene Montero como la ministra peor valorada del Gobierno y no hay un solo integrante de la formación morada que no reconozca que Pablo Echenique, portavoz de Podemos, compra cualquier polémica con la que hacer bandera. Garzón, consciente de que Yolanda no le quería en su equipo, ha optado por dar la espalda a los morados y someterse al criterio de Yolanda Díaz.

Esta ruptura, o desintegración, de Unidas Podemos lleva tiempo dejándose entrever, pero a medida que se acercan las elecciones autonómicas parece acelerarse. La sensación que hay ahora mismo en el partido es que Podemos se quedará solo porque la máxima de Yolanda Díaz es la de no comprar discursos polémicos y montar una formación transversal que pueda seducir incluso el voto de centro. Podemos no quiere eso y los cabezas de lista de la formación son los que precisamente más se echan en brazos de las banderas polémicas.