La diputada socialista Pilar Sánchez Acera ha pasado al estrellato en cuestión de meses. Todo gracias a la frenética agenda del secretario general del PSOE de Madrid, Juan Lobato, quien ha puesto su candidatura por delante de todas las cosas, incluida su labor como diputado de la Asamblea de Madrid. Pilar Sánchez Acera ha asumido simplemente el espacio que ha dejado libre Lobato, algo que reconocen los diputados socialistas, pero también es verdad que el protagonismo inesperado de la parlamentaria autonómica ha generado un debate interno sobre si la frenética agenda de Lobato merece o no la pena. Todos conocen en la Asamblea la obsesión del secretario general de ser candidato de la Comunidad de Madrid. Pero también es algo muy comentado el hecho de que en Moncloa sopesan otros nombres antes que el del secretario socialista. Sea como sea, el trabajo de Pilar Sánchez Acera mantiene aparentemente vivo a un PSOE medio muerto en la Asamblea.
Lo más «triste» a ojos de los socialistas es que Pilar Sánchez Acera no tiene ninguna posibilidad de ser candidata o de mantener una posición más o menos relevante en el PSOE. Es cierto que en Ferraz no son ajenos a que la asfixiante agenda de Juan Lobato ha dejado un vacío de poder lo suficientemente amplio como para que alguien tuviera que tomar las riendas, y esa persona ha sido la diputada Pilar Sánchez Acera.
Sobre quién será el candidato o la candidata, hay dudas razonables. Algunos creen que será Juan Lobato porque Ferraz no ve con malos ojos que se queme frente a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, pero otros ubican a dos ministras en la órbita de Sol. La mayoría de los miembros del Gobierno apuestan porque será la ministra de Justicia, Pilar Llop, la que bajará a Vallecas para ser, como mínimo, diputada y portavoz del grupo socialista. Pero en las últimas semanas ha sonado también el nombre de otros dos ministros como posibles sustitutos de Lobato. María Reyes Maroto y Félix Bolaños son esos titulares que podrían llegar a Madrid para hacer frente a Ayuso. Pero en cualquier caso, queda claro que Pilar Sánchez Acera está fuera de juego y que no tiene opciones reales de ocupar un cargo importante.
Sánchez Acera ha cogido el trabajo que ha dejado Lobato por compromiso con el partido, por nada más. Hay muchas quejas en el PSOE por el hecho de que Juan Lobato siempre sigue una agenda extenuante que busca nada más que redondear su perfil presidenciable dejando de lado otros compromisos más técnicos. Jesús Celada, su número dos, le sigue en estas maratonianas jornadas mientras que en el PSOE-M no tienen a nadie que se preocupe por los asuntos técnicos del partido. Esto es una realidad que persigue al exalcalde de Soto del Real desde que ganó las primarias, pero poco le importa no prestar la suficiente atención a estos diputados dado que de momentos mantiene su obsesión de ser candidato. Aún así, en el PSOE respetan considerablemente la capacidad de trabajo de Juan Lobato. No hay un político en toda la Asamblea más incombustible que el socialista. Y en Ferraz también lo saben.
La iniciativa de Pilar Sánchez Acera ha sido muy bien recibida por los suyos. Sin avisar absolutamente a nadie, la diputada ha tomado las riendas de un partido moribundo que todavía sufría las consecuencias del huracán Gabilondo. Mientras que Más Madrid sigue al alza y se consolida de la mano de la diputada autonómica Mónica García como el partido líder de la oposición, el PSOE se mantiene a flote con lo que puede, pero nadie ha querido dar un paso para tomar las riendas de este partido en horas bajas en Madrid. Solo Pilar Sánchez Acera, sin la petición expresa de Moncloa, se ha lanzado a la piscina para ocupar un espacio abandonado.
no es ajeno para Ferraz el hecho de que Lobato está más centrado en apuntalar su candidatura
Sánchez Acera es una diputada fiel a Ferraz que ha seguido lo que entiende que Adriana Lastra y Santos Cerdán quieren: un perfil discreto pero trabajador que mantenga a flote la formación para que el candidato o la candidata elegida por Moncloa baje y tome las riendas. Desde luego, nadie descarta que Sánchez Acera tenga el privilegio de tener una posición predominante cuando baje a la candidata el ministro o ministra de turno, pero desde luego no es ajeno para Ferraz el hecho de que Lobato está más centrado en apuntalar su candidatura que en ocuparse del PSOE de Madrid.
La realidad del PSOE es compleja porque quienes tienen ahora mismo galones esperan ser candidatos. No solo Juan Lobato sigue viviendo una situación incómoda porque aún no sabe si será el elegido por Moncloa para presentarse a las elecciones. También Mar Espinar vive la misma situación, solo que con la sombra de Mercedes González mucho más cerca de lo que le gustaría. En este contexto, hay dirigentes socialistas que por amor al arte han asumido competencias que no le corresponden. Pero desde Ferraz insisten a MONCLOA.com que son perfectamente conscientes de la labor de políticas como Pilar, que sin un encargo expreso ni la promesa de un cargo futuro han dado el do de pecho por el partido en el momento más bajo.