jueves, 12 diciembre 2024

El colapso de Barajas pone contra las cuerdas al dircom de Fernando Grande-Marlaska

Se sabe que un ministro está señalado cuando la labor de su equipo empieza a estar en entredicho, y esto es lo que le pasa al dircom de Fernando Grande-Marlaska. El director de comunicación del Ministerio del Interior no tiene amigos en la profesión. Al menos es la percepción que tienen de él fuentes de alto nivel del Gobierno. «Desastre» es la calificación más cariñosa que sale de estos dirigentes del Ejecutivo cuando tienen que hablar de la gestión de Daniel Campos, dircom del ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska. Otros directamente le califican de «sectario» e insisten en que no ha ejercido una buena labor de engrase con los medios de comunicación dadas las críticas que les llegan. Pero lo curioso es que algunas de estas críticas vengan de altos niveles del Gobierno. Quizá por eso aseguran desde Interior que Fernando Grande-Marlaska se lo ha intentado quitar de encima varias veces, pero sin éxito.

Es cierto que a Daniel Campos le conocen en muchos recovecos de la administración pública, incluidos otros ministerios que también tienen una opinión negativa sobre su labor. Pero el caso del dircom de Interior no es, a ojos de fuentes del ministerio en el que trabaja, culpa de Fernando Grande-Marlaska porque el ministro ha intentado cesarle en más de una ocasión. Sobre por qué ha sobrevivido tantos años, hay quien entiende que ha sido la misma excepcionalidad que en 2019 mantuvo a Fernando Grande-Marlaska al frente del Ministerio del Interior la que le ha ayudado a mantenerse a flote. El titular de Interior ha intentado acabar con su carrera en alguna que otra ocasión, pero la misma flor que salvó a Marlaska de la criba ha mantenido en su puesto a Daniel Campos, el dircom de Interior.

El resumen de las fuentes de Interior se puede recoger en una expresión que la mayoría comparte: «la comunicación es nefasta». Se podrían poner miles de ejemplos, pero quizá el que más pesa sobre Daniel Campos es su trabajo a la hora de controlar las informaciones por los colapsos en el aeropuerto de Adolfo Suárez Madrid-Barajas. Desde Interior hay quien entiende que este desastre a nivel de comunicación debería haber acabado con la carrera de Daniel Campos, pero inexplicablemente una vez más ha sobrevivido a todas las críticas. No hay que olvidar que la campaña de desprestigio que sufrió Fernando Grande-Marlaska por este desastre aún pervive sin que haya habido ningún ejercicio de control a nivel de comunicación.

«Es para echarle», comentan fuentes de Interior. Pero Fernando Grande-Marlaska no ha dado ningún paso tras esta chapuza. El resumen de lo ocurrido fue que el aeropuerto se colapsó porque no había personal suficiente en el control de pasaportes, lo que generaba grandes colas y tiempos exagerados para salir o entrar en el país. Tras las críticas y las imágenes en los medios, Fernando Grande-Marlaska decidió reaccionar. Y tras su reacción, los medios contaron lo que parecía evidente: la solución no había ayudado a desatascar el problema del aeropuerto.

incluso cuando el Fernando Grande-Marlaska compró una cinta de correr a costa del erario público consiguió que lo anecdótico se convirtiera en portada

A nivel técnico ha habido muchos problemas, pero a nivel comunicativo más. Esto se lo achacan las fuentes de Interior a la incapacidad de Daniel Campos de mantener una buena relación con los medios de comunicación, pero lo cierto es que el ministro sigue padeciendo la mala gestión de su dircom desde que entró en el Gobierno. Incluso cuando el socialista se compró una cinta de correr de más de 600 euros a costa del erario público consiguió que lo que era anecdótico se convirtiera en portada de muchos diarios digitales. Y todo esto por precisamente la poca mano de Daniel Campos, preocupado solo por los grandes medios, a la hora de controlar periodistas.

Son muchos en Interior los que a raíz del escándalo del aeropuerto de Adolfo Suárez Madrid-Barajas se han hartado de la presencia de Daniel Campos en el ministerio. Altos sueldos y poca efectividad. Este miedo y hartazgo viene de la mano de otra evidencia que es la crisis de Gobierno que se acerca. En todas las quinielas, Fernando Grande-Marlaska aparece como el primero que abandonará la casa en cuanto el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, monte su crisis de Gobierno. Esto ha disparado los niveles de tensión en el Ministerio del Interior porque saben que la salida de Marlaska supondría el cese inmediato de todos los cargos que dependen de él. Y que esa salida sea fruto del desgaste mediático crispa los ánimos en el ministerio.

Daniel Campos es inmune, sin embargo, a todas las críticas internas. Desde Interior aseguran que no está pendiente de los que se diga o deje de decir de él. Poco le importa. Lo mismo que le importó la avalancha de críticas en medios de comunicación que hablaban del colapso del aeropuerto o lo mismo que le han importado otras cuestiones que han salpicado a su ministro. Estas mismas fuentes aseguran que Fernando Grande-Marlaska ya se le ha intentado quitar de encima en más de una ocasión, pero sin éxito. No tiene padrinos ni tiene a nadie que le mantenga a flote, pero ahí sigue. Ese mismo que en los corrillos de las ruedas de prensa te pide que entregues tu teléfono móvil para que no le grabes.