El Gobierno evita investigar denuncias sobre la mina de oro de Rodríguez Zapatero en en Venezuela

Ser el gurú del Gobierno de Pedro Sánchez sigue rindiendo sus beneficios, y el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero lo sabe muy bien, pues siguen pasando los días y las denuncias sobre la supuesta mina de oro que le regaló el chavismo al exmandatario español duermen el sueño de los justos, porque a ninguna autoridad española se la ha ocurrido darle curso a una investigación que esclarezca el tema.

Para el principal aliado del chavismo en España resultó risible la información cuando salió a la luz, el año pasado, pero con lo que no contaba Zapatero es que sería precisamente otra de las amigas del régimen chavista, la ex senadora colombiana Piedad Córdoba, la que corroboraría la información, diciendo, en una entrevista, que el propio exmandatario le había dicho lo bien que iba el negocio de la minería y que hasta había tenido que comprar material en china.

Cuando salió a las luz toda esta información, corroborada por Piedad Córdoba y ratificada por el ex jefe de la Contrainteligencia Militar durante el gobierno de Hugo Chávez Hogo Armando «El Pollo» Carvajal, ante las autoridades españolas, los principales partidos políticos de la oposición pidieron al Ejecutivo que se hiciera una investigación al respecto y de hecho, exigían que el propio expresidente explicara al país la situación.

Como «Surrealista» calificó Zapatero estas afirmaciones hechas por «El Pollo» Carvajal, pero entre una cosa y otra, jamás se volvió a hablar del tema y el expresidente español, que durante mucho tiempo fue el principal líder del PSOE, nunca rindió cuentas de ello y desde el Ejecutivo se hicieron los locos.

Esta mina estaría ubicada al sur de Venezuela, en el estado Bolívar, zona reconocida mundialmente por albergar el parque nacional Canaima; una de las zonas más importantes del país suramericano, donde está ubicada el área conocida como el arco minero, famoso por la gran cantidad de metales preciosos que hay y por los graves daños al ecosistema que han provocado en la era del chavismo, debido a la explotación indiscriminada de los suelos y los ríos de la región.

Nadie del Ejecutivo se ha atrevido a decir ni una sola palabra al respecto, aunque todo el mundo siempre lo ha comentado, entre bromas y chistes, pero siempre ha quedado la duda que ninguna institución del país se ha atrevido a dilucidar.

Para nadie en España y en Venezuela es un secreto la estrecha relación que hay entre el expresidente socialista y el régimen de Nicolás Maduro, pues ya en una oportunidad el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, lo calificó de «imbécil» por hacer favores a la dictadura venezolana; pues es una «amistad» que ni la ocultan ni la disimulan.

Ya desde su época como presidente de España, José Luis Rodríguez Zapatero, destacó por su posición «neutral» y negociadora en todos los procesos de diálogo que buscaban sacar a Venezuela de la crisis política en la que estuvo siempre envuelta la dictadura de Hugo Chávez.

El ex mandatario español les ha servido para «lavarle la cara» al chavismo en el ámbito internacional, una y otra vez, siempre defendiendo posiciones indefendibles, desde que se convirtió en presidente de España, en 2004 y reanudó las relaciones diplomáticas con Venezuela, gracias a la labor de su entonces embajador, Raúl Morodo, quien ahora es también investigado por la justicia española, por el presunto desvío de 4.5 millones de euros que habría recibido por parte del difunto Hugo Chávez Frías.

Para los entendidos en el tema, la existencia de esta mina en Venezuela, de la que supuestamente se estría lucrando el expresidente español, sería la base de toda esta complicidad entre Zapatero y la dictadura venezolanas.

Sin embargo, más allá de las declaraciones de Piedad Córdoba, que dan por hecho la existencia de la mina, los datos aportados por Carvajal debieron servir para que se iniciara una investigación, al menos de oficio, que aclarara toda la situación, pero la única realidad es que apenas un mes después que salió a la luz la información, Zapatero regresó a Venezuela, una vez más, para servir como «observador internacional» en unas elecciones regionales, celebradas en el país suramericano sin las más mínimas condiciones de imparcialidad por parte del Consejo Nacional Electoral.

No es casualidad que en todos los escándalos que involucran a Venezuela con España siempre aparezca Zapatero como «pieza clave» de los entuertos. Lo mismo sucedió con el viaje que hizo la vicepresidenta venezolana Delcy Rodríguez a España a principio de 2020, que desencadenó todo un escándalo por la presencia de la número dos del chavismo en territorio español, a sabiendas de que las sanciones que le impiden pisar la Unión Europea. En principio se dijo que fue justamente el expresidente español el que estuvo en contacto con Rodríguez y esto habría desencadenado la intervención del Ejecutivo, a través de su entonces ministro de Transportes, Movilidad y Agenda, Urbana José Luis Ábalos.