Estados Unidos da la espalda a Pedro Sánchez con Ceuta y Melilla para evitar «roces» con Marruecos

Ni acoger la Cumbre de la OTAN ha sido suficiente para que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, consiga sus objetivos con la protección de Ceuta y Melilla. La fría relación entre Estados Unidos y España sigue empañando la agenda del líder socialista. Una de las medidas que Pedro Sánchez quería sacar adelante era un reconocimiento explícito de la Organización del Tratado del Atlántico Norte sobre la protección de Ceuta y de Melilla. Sin embargo, tanto Jens Stoltenberg, secretario general de la OTAN, como Joe Biden, presidente de Estados Unidos, se han resistido y puesto de perfil ante esta petición de España. La razón, cuentan fuentes solventes del Gobierno, es que EE UU no quiere ningún tipo de «mal gesto» con Marruecos, y hacer un reconocimiento explícito de la protección de la OTAN a Ceuta y Melilla traería ciertos roces diplomáticos con el país africano.

Sigue pesando más la histórica buena relación bilateral entre Estados Unidos y Marruecos que las peticiones de España. El presidente del Gobierno se ha esforzado, pero la OTAN no quiere ni oír hablar del tema. Stoltenberg porque en realidad es un simple «mandado» de los países miembros. Y Joe Biden porque entiende que es mejor aliado estratégico Marruecos que España.

La respuesta oficial de la OTAN, las veces que no miran para otro lado, es que hay que centrarse en os problemas del este. La invasión de Ucrania es lo suficientemente grave para los intereses de la alianza occidental que ha diluido completamente la fuerza de las peticiones del Gobierno de España. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha utilizado la crisis migratoria que azotó la frontera de Melilla hace unos días para sensibilizar a los miembros de la OTAN, pero nadie ha querido afrontar el problema porque la realidad es que Estados Unidos no quiere mayores tensiones innecesarias con un socio que considera fiable y sobretodo fundamental para engrasar las relaciones con el mundo musulmán. Marruecos ha conseguido una vez más que el presidente del Gobierno no se salga con la suya, por mucho que lo haya intentado incluso ante Stoltenberg.

espero que quede claro que los aliados consideran a Rusia como la amenaza más importante

El secretario de la OTAN ha asegurado que «nuestro nuevo concepto estratégico nos guiará en una nueva era: espero que quede claro que los aliados consideran a Rusia como la amenaza más importante y directa para nuestra seguridad. Se dirigirá a China por primera vez, y a los desafíos que plantea Pekín a nuestra seguridad, intereses y valores. También abarcará nuestro enfoque en una serie de amenazas y desafíos, como el terrorismo, el cibernético e el híbrido”. Esto es lo más que Sánchez ha sacado a un Stoltenberg entregado a las decisiones que tome Estados Unidos. Esto ha sido considerado como otro pequeño fracaso diplomático protagonizado por el Gobierno. Ni José Manuel Albares, ministro de Exteriores, ni el propio presidente ha conseguido ni un solo guiño por parte de Estados Unidos.

La Cumbre de la OTAN ha reunido a todos los países de la alianza occidental y ha conseguido poner encima de la mesa asuntos clave como la inclusión de Finlandia y Suecia en la Organización del Tratado del Atlántico Norte. También se ha hablado de reforzar la presencia militar en el este de Europa por la guerra de Ucrania. Pero sobre Ceuta y Melilla nadie ha querido ni mencionar nada al respecto. La razón principal tiene que ver con Marruecos y con la excelente relación diplomática que mantiene con Estados Unidos, según fuentes solventes del Gobierno. Pero lo más curioso de esta situación es que estas mismas fuentes achacan el reconocimiento de la soberanía de Marruecos sobre el Sáhara Occidental a presiones de Estados Unidos. Sea como sea, lo cierto es que ese tándem entre el país africano y el americano sigue condicionando los intereses de España. De momento, no habrá ningún tipo de reconocimiento de la OTAN hacia la protección de la integridad de Ceuta y Melilla.

La idea de España era la de incluir el uso de la inmigración como arma para convencer a los aliados de que Ceuta y Melilla están en riesgo. Los asaltos masivos de la valla se han convertido en norma cada vez que hay una crisis diplomática o bien con Marruecos o bien con Argelia. Abrir el grifo de la migración siempre ha sido un elemento de presión de los países africanos que España quiere quitarse de encima mediante un reconocimiento expreso de la OTAN. El problema es que, según cuentan fuentes del Gobierno, todos los encuestados por el Ejecutivo acostumbran a ponerse de perfil desde el mismo momento en el que son preguntados por el tema. Todo pasa por Estados Unidos y Biden no quiere cerrar la puerta a que Marruecos recupere estas dos ciudades autónomas. No habrá refuerzo en el flanco sur. Habrá refuerzo solo en el flanco este de los países de la OTAN.

LAS PRESIONES DE ESTADOS UNIDOS A PEDRO SÁNCHEZ

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, mandó una carta al rey de Marruecos, Mohammed VI, en el que reconocía que la idea de que el Sáhara Occidental fuera una autonomía del país. Esta decisión unilateral que esquivó el Congreso de los Diputados e incluso el Consejo de Ministros vino de la mano de presiones orquestadas por Estados Unidos, tal y como aseguran fuentes solventes del Gobierno. El papel de la embajadora de EE UU en España, Julissa Reynoso, ha sido clave a la hora de convencer al Gobierno de que lanzara esa carta para allanar las relaciones con el país vecino. Marruecos consiguió su objetivo, pero de momento el Gobierno no ha visto ni un solo guiño por parte de Estados Unidos más allá de la idea de reforzar la base militar de Rota con otros dos destructores más.

Pese a las muchas concesiones de España a las pretensiones de Marruecos por consejo de Estados Unidos, de momento Biden solo ha asegurado que traerá dos barcos más a la base de Rota, que harán un total de hasta seis destructores en la base americana en España. Por lo demás, las presiones de Estados Unidos no han traído ningún tipo de reconocimiento por parte del país. No al menos en cuanto a las exigencias de España, como es la defensa de Ceuta y Melilla por parte de la OTAN (que de momento han quedado completamente fuera).