Argelia pone el foco en Almería para vengarse de España y llenar la costa de pateras

El Gobierno no ha sabido controlar todos los frentes. Tan pronto ha conseguido controlar las fronteras de Ceuta y de Melilla, Almería se ha convertido en el nuevo punto débil de la península. El Ejecutivo no ha sido delicado con la política internacional. Más bien todo lo contrario. La buena relación con Marruecos ha acarreado la ruptura de las relaciones con Argelia. Y el país africano ha abierto el grifo migratorio de golpe en forma de pateras para inundar de inmigrantes las costas de Almería y otras provincias españolas. Murcia ya se prepara, pero lo cierto es que la misma herramienta de presión que utilizaba Marruecos se ha convertido en el arma preferida de los argelinos para «atacar» a España. Y lo peor es que en este caso no se pueden levantar vallas ni valen esas ilegales devoluciones en caliente.

Desde que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, reconoció por una carta enviada a Mohammed VI que la mejor solución era la de que el Sáhara Occidental se convirtiera en una autonomía de Marruecos, todo se ha precipitado. La ruptura de las relaciones diplomáticas o el aumento del precio del gas que Argelia le vende a España fue solo el principio. Pero lo cierto es que ahora se ha añadido la presión migratoria como el arma clave que usará el país africano para forzar a España. Almería ya ha sufrido las primeras consecuencias con la llegada de una buena cantidad de inmigrantes. Hace tres semanas llegaron a distintas playas de la costa almeriense hasta seis embarcaciones con más de 100 personas a bordo en menos de 24 horas. Ahora, fuentes de la Guardia Civil han dejado claro a MONCLOA.com que la presencia de cayucos en la costa se ha disparado en comparación con hace unos meses. Los expertos tienen claro que esto se debe a que Argelia ha abierto por completo el grifo de la inmigración para hacer lo mismo que hacía Marruecos tiempo atrás.

Las leyes europeas son un problema para las fronteras del sur. Es materialmente imposible hacerse cargo de la ingente cantidad de inmigrantes que llega al país y desde Argelia lo saben. Que ahora el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, haya aprobado enviar gas a Marruecos a través del gasoducto que une los dos países ha sido otra medida que ha motivado a Argelia a apretar más. El único problema logístico que tiene Argelia con España es que no es fronterizo con nuestro país, sino que la presión migratoria se limita exclusivamente al uso de los cayucos. Y así se está haciendo. Para hacernos una idea de la cantidad de inmigrantes que pueden llegar a las costas de Almería o de cualquier otra provincia en un día, solo hay que echar la vista atrás.

Esto pone en un compromiso a las autoridades españolas por dos motivos. El primero, porque no pueden ceder al chantaje migratorio. Y más después de que se hayan esforzado en la Cumbre de la OTAN en incluir los grifos migratorios como una forma de ataque frecuente en los países africanos. Y el segundo, por el drama que se genera en el mar cuando miles de personas se lanzan en pateras a un arriesgadísimo viaje que en muchísimas ocasiones acaba con la vida de quienes buscan mejorar la suya. La presencia del Open Arms o de otras ONG en el mar controla esto, pero también alimenta a las mafias que se nutren de enviar a miles de migrantes al mar. Y ahora se prevé que se dispare la presencia de inmigrantes en España vía marítima.

Murcia y otras provincias andaluzas también se preparan para la posible recepción de inmigrantes

Las pateras han vuelto a la primera plana. Lo han hecho en Almería porque es el punto geográfico más cercano a Argelia. Pero Murcia y otras provincias andaluzas también se preparan para la posible recepción de inmigrantes después del cambio de criterio de las fuerzas de seguridad argelinas. En el Gobierno no prevén mejorar o reencauzar las relaciones con Argelia por varios motivos. El primero porque Marruecos se ha convertido en un socio preferente. Y el segundo, porque Rusia tiene demasiada relación con Argelia como para mantener los lazos con fuerza. Aunque no hay que olvidarse que todo este problema diplomático viene motivado por el reconocimiento expreso de la soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental.

Lo peor de todo esto es que Cauta y Melilla tampoco están a salvo. Sí que es cierto que las fuerzas de seguridad marroquíes mantienen un papel mucho más activo para controlar el acceso a las ciudades. Aún así, Argelia también ha tenido la capacidad de abrir el grifo migratorio en su frontera con Marruecos para que lleguen directamente a Ceuta o Melilla y así conseguir que se produzcan las escenas tan dramáticas que se vieron hace días en una de las ciudades. Lo que queda claro es que Argelia ya no es un socio amigo de España. Y menos después de ese encuentro de empresarios orquestado por Marruecos en el Sáhara, algo que fue visto por los argelinos como otra provocación más.