Diputados del PSOE, PP, Vox y Ciudadanos coinciden en el qué pero no en el quién. Lo han hecho este lunes, cuando han reconocido que existe actualmente un ambiente de crispación en la política y que puede llevar a una cierta desafección en la ciudadanía. Sin embargo, lo han atribuido esta atmósfera a diferentes motivos y no han hecho autocrítica, culpándose entre ellos del nivel de polarización.
Así lo han expuesto el diputado del PSOE, Pedro Casares, el ‘número dos’ del PP en el Congreso, Carlos Rojas, el diputado de Vox, José María Figaredo, y el portavoz adjunto de Ciudadanos en la Cámara Baja, Edmundo Bal, durante una mesa redonda de los cursos de verano de la Asociación de Periodistas Parlamentarios (APP).
Los cuatro diputados se han reunido este lunes en el Campus de la Universidad Rey Juan Carlos (URJC) en Madrid para debatir, en una mesa redonda moderada por la periodista de RNE, Sandra Gallardo, sobre polarización política y desafección, admitiendo los cuatro parlamentarios que existe actualmente este clima de crispación.
Sin embargo, los cuatro han diferido en los motivos por los que se genera esta crispación en la política actual, sobre todo en el Congreso, achacándose entre ellos las razones.
UNA HERRAMIENTA POLÍTICA
Así, el dirigente de Ciudadanos Edmundo Bal ha considerado que esta crispación se utiliza en muchos casos como una «herramienta política» por parte del resto de partidos, «con el objetivo de llevarse adeptos a su causa».
En este contexto, Bal también ha querido reivindicar la capacidad de los grupos para alcanzar consensos dentro de las Cortes, alcanzando pactos en muchas leyes, aunque ha defendido que Ciudadanos «siempre se porta bien», recriminando a PSOE y PP que «siguen utilizando el grito para mantener su posición política».
Por su parte, el diputado de Vox ha señalado que el término de la crispación «es un instrumento político para tratar de desacreditar algunos partidos frente a otros», defendiendo la acción de su formación en los tribunales y rechazando que por ello se «polarice».
Asimismo, ha calificado de «normal» que los ciudadanos sientan que existe polarización en la política actual porque, según ha dicho, «los últimos 20 años han sido lamentables, con políticos con un nivel pésimo».
EL PP CULPA AL GOBIERNO
En el caso del dirigente del PP ha culpado directamente al Gobierno de la crispación, poniendo como ejemplo la ley de Memoria Democrática, que actualmente está en tramitación en la Cámara Baja: «Se ponen en solfa los pactos de la Transición, y eso no es bueno y crispa el ambiente político».
Según ha dicho, «al PP no le gusta la crispación» y, aunque ha celebrado que existan debates en la política, Carlos Rojas ha pedido que el enfrentamiento «no soslaye unos determinados límites».
Por su parte, el diputado socialista Pedro Casares, que ha defendido la acción del Gobierno, ha sostenido que, si el PSOE fuera el partido de la oposición, no existiría este nivel de crispación. «La inmediatez no ayuda a tener un contexto tranquilo en el que no estemos confrontando, generando más desafección», ha proclamado el diputado socialista.