El bótox es el tratamiento ideal para reducir las arrugas de la frente, entrecejo y patas de gallo

El bótox tiene la capacidad de erradicar las arrugas faciales y contribuir a que los efectos del proceso de envejecimiento se detengan con aplicaciones en cada una de las zonas afectadas, generando una apariencia más joven.

Se trata de una técnica indolora e inocua que es segura y efectiva cuando es llevada a cabo por centros especializados como la Clínica Yasmin, que dispone de instalaciones en Sevilla e Ibiza y es liderada por la Dra. Yasmin Al Adib, en compañía de profesionales altamente cualificados y con amplia experiencia en el sector.

El bótox es un procedimiento eficaz y fiable

La finalidad del bótox es eliminar o reducir las arrugas faciales y devolver la frescura al rostro. Es un método infalible para relajar la mirada, quitar las arrugas de la frente, las líneas de expresión y las temidas patas de gallo. También es utilizado como tratamiento para combatir el bruxismo, enfermedad que padece entre un 70 a 80 % de la población española, según datos revelados por organismos de salud.

Aplicar bótox en la frente facilita que se bloqueen ciertas señales químicas de los nervios de dicha zona, promoviendo que los músculos se contraigan y se relajen para proporcionar una apariencia joven y libre de pliegues en la piel. Es imprescindible que este tratamiento sea realizado por personal médico cualificado para ello, ya que así se reduce el riesgo de errores en el procedimiento, se agiliza la aplicación y se prolonga su efecto.

El bótox es un tratamiento beneficioso para el rejuvenecimiento facial

La toxina botulínica es ideal para controlar la sudoración y prevenir la aparición de arrugas, dejando una apariencia natural en la zona tratada. Esta sustancia no deja marcas ni signos de inflamación en la piel, por lo cual puede utilizarse todo el año sin restricciones.

La Clínica de Medicina Estética Dra. Yasmin Al Adib es referente en tratamientos de rejuvenecimiento facial con bótox. Su propuesta se concreta con sesiones de 15 minutos con una duración del efecto de hasta 8 meses sin necesidad de anestesia. Este procedimiento no genera pérdida de expresividad, no exige prueba de alergias y no tiene contraindicaciones.

Los expertos recomiendan que el bótox se aplique a partir de los 30 años, aunque también es aconsejable llevar a cabo una prueba diagnóstica previa para comprobar el estado de la piel de cada paciente. Tras realizar la primera aplicación se evidencian resultados de forma inmediata, aunque estos se agudizan en las 48 horas posteriores y con el paso de los días. Los retoques pueden llevarse a cabo una o dos veces al año, de acuerdo a las particularidades de cada persona.

El bótox actúa directamente sobre el músculo, contribuyendo a suprimir las arrugas y tensar la piel simultáneamente, por ello se erige como la alternativa más eficaz frente a otras técnicas de relleno de líneas de expresión.

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