ERC y PSC se frotan las manos por la negativa de Laura Borràs a dimitir

Laura Borràs se ha atrincherado al frente de Junts per Catalunya y la presidencia del Parlament a tan solo unos días de ser juzgada por corrupción. Cabe recordar que en su etapa al frente del Institució de les Lletres Catalanes entregó contratos a dedo entre marzo de 2013 y febrero de 2017 a su amigo Isaías Herrero por valor de más de 330.000 euros. 

«Es precisamente pensando en la dignidad del Parlament que considero que no debo dimitir», afirma la líder del espacio postconvergente, que en tardía imitación a Jordi Pujol asegura sufrir una «persecución» por motivos ideológicos.

Borràs ha mostrado su enfado su enfado contra ERC o las CUP, que piden su cabeza «aprovechando la autoritaria acción de la justicia española como excusa». Y advierte que no tiene «ninguna intención de dar un paso al lado como me exigen los que con poca capacidad para disimular me quieren apartar de la vida política». 

La dirigente se ha atrincherado en el cargo para alegría de ERC y el PSC, que se relamen ante la caída demoscópica de Junts per Catalunya a menos de un mes de las elecciones municipales (en las que también se decide el poder en las diputaciones).

Algunas recientes encuestas aseguran que la formación liderada por Carles Pugidemont podría caer en torno a 5 puntos a nivel autonómico. Y esta dinámica podría ser incluso más preocupante a nivel municipal, ya que en los ayuntamientos catalanes tradicionalmente se vota más a formaciones de orientación progresista.

BORRÀS, RECIÉN ELEGIDA COMO LÍDER DE JUNTS

La figura de Laura Borràs no adquirió demasiada relevancia hasta que a finales de 2020 arrasó en las primarias para ser candidata a las elecciones autonómicas. La entonces diputada estatal superó el 75% de apoyos internos frente al conseller Damià Calvet, apoyado por Josep Rull.

El revés que supuso el sorpasso de ERC en aquella cita electoral, achacada a que el divorcio entre Junts y el PDeCAT lo había facilitado, no socavó el poder de Borràs, que hace unas semanas se hizo con el liderazgo de la formación de Puigdemont sin contestación interna gracias a un pacto con Josep Turull.

Borràs, que está dificultando la gobernabilidad de ERC (a la que le afea sus pactos con el PSOE), ha visto como los republicanos ahora se vengan a través de su portavoz Marta Vilalta, que tema que la negativa de su socia «arrastre» a al Parlament de Catalunya a «una batalla judicial o un camino de descrédito». 

La presidenta del Parlament será juzgada por prevaricación, fraude, falsedad en documento mercantil y malversación, lo que podría contribuir a agravar la fuga de apoyos que sufre Junts per Catalunya.