Parece que los sindicatos se han resignado con el elevado nivel de la inflación. Sin embargo, el Centro Sindical Independiente (CSIF) y de Funcionarios no ha tirado la toalla, tiene claro que es necesario tratar de obligar al Gobierno a que tome medidas y aprueben ayudas que permitan paliar la situación que están sufriendo los trabajadores con la inflación. Y es que, el pasado mes de junio el nivel de inflación en España superó el umbral de las cifras, con un porcentaje que asciende a 10,2%. Esto ha provocado que los bolsillos de los ciudadanos se resientan, así como su economía. Por este motivo, CSIF ha comenzado a trabajar y ya está preparando grandes movilizaciones para recriminar al Gobierno que dirige Pedro Sánchez su inacción ante la inflación. De esta forma, CSIF pretende suplantar a los sindicatos y dará la cara por la situación de los trabajadores con la inflación.
La situación en España no ha dejado de empeorar desde que comenzó el año. El elevado precio de la gasolina ha provocado que el coste final de otros productos se incremento y con ellos la inflación, que ya se sitúa en 10,2%. Y es que, a pesar de que el Gobierno que dirige Pedro Sánchez ha tratado de tomar medidas para frenar la tendencia al alza de la gasolina, estas han sido ineficaces. Las gasolineras se frotan las manos cuando el Ejecutivo anuncia una nueva ayuda al carburante, como la de los 20 céntimos por litro. Esta medida resultó ineficaz porque las gasolinera subieron el precio de los carburantes exactamente los mismo que la medida o, incluso, un poco más. Así, el Gobierno es incapaz de dar con una solución para paliar la crisis del carburante y con ella reducir la inflación. Mientras tanto son los ciudadanos españoles quienes sufren las consecuencias y eso es algo que, a diferencia del resto de sindicatos, CSIF no está dispuesto a permitir.
csif planta cara pedro sánchez
Así, según a asegurado este colectivo, Pedro Sánchez ha ignorado las «legítimas» reclamaciones salariales de trabajadoras y trabajadores, tanto de la empresa privada como de las administraciones públicas, para afrontar los niveles de inflación y su repercusión en la cesta de la compra. Por este motivo, CSIF, sindicato más representativo en las administraciones públicas y con presencia creciente en el sector privado, se ve abocada a intensificar sus protestas y el próximo mes de septiembre organizará una gran movilización en Madrid para trasladar al Ejecutivo el malestar de empleadas y empleados públicos, así como trabajadores de la empresa privada y que hacemos extensiva al conjunto de la ciudadanía. CSIF ha reiterado su rechazo al pacto de rentas y exige al Gobierno que dé ejemplo a la empresa privada y plantee ya una subida en las administraciones.
La vuelta de las vacaciones se presentan complicadas para el presidente del Gobierno. Y no solo por estas grandes movilizaciones, sino porque se avecina un otoño complicado. La ministra de Asunto Económicos lleva tiempo avisando de que el periodo post estival será complicado por las consecuencias que provocará la invasión de Ucrania. En especial este conflicto armado afectará a la factura de la luz. Es decir, afectará a todos los ciudadanos españoles. Por este motivo, CSIF no dudará en llenar las calles y reclamar medidas para paliar la situación de los ciudadanos, algo sobre lo que no se preocupa demasiado el resto de sindicatos.
CSIF CANSADO DEL PLAN DEL GOBIERNO PARA LAVAR LA CARA CON LA INFLACIÓN
El Gobierno tiene claro que su prima de riesgo es el precio de la gasolina y de la energía, que a su vez empujan la inflación a cotas que no se veían desde 1985. Esto es un problema que llevan tiempo debatiendo en Ferraz porque entienden que el PSOE no se puede presentar a las elecciones con una inflación galopante que ya ha superado en junio el 10%. El 2023 es el año electoral por excelencia para Pedro Sánchez y desde Moncloa ya están urdiendo un plan para contener los precios disparados. La idea que tienen en el Gobierno, maquinada especialmente por el departamento que dirige la vicepresidenta Nadia Calviño, es el de fomentar que se suban los tipos de interés, algo que teledirige el Banco Central, así como que se reduzca la compra de deuda. Un plan que básicamente pretende reducir el consumo para forzar que bajen los precios. Lo importante son los datos macroeconómicos, no la realidad de los españoles. Y el PSOE está en eso.
Esto es un plan que también contempla la UE y que los socios comunitarios están dispuestos a ejecutar lo antes posible, pero desde Moncloa tienen algo de prisa porque se vean los resultados. La inflación ha vuelto a dar una mala noticia al Gobierno de España. Tan mala que junio ha superado las dos cifras llegando al 10,2%, la mayor en 37 años. Desde el Ejecutivo ven, tal y como deslizan fuentes solventes de Moncloa, “letal” presentarse a las elecciones con una inflación galopante como esta a los comicios de 2023. Si ya será complicada la empresa socialista en las elecciones autonómicas, municipales y generales por la erosión que arrastra el equipo del líder socialista, ir con la inflación disparada empujada por una gasolina a más de dos euros el litro y una energía disparada sería “la muerte política” para el PSOE. De ahí que estén trabajando con la UE para aplicar “lo que sea necesario” para contener la inflación.