El presidente del CSN: «Ucrania nos preocupa pero España siempre está preparada para emergencias»

El presidente del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), Juan Carlos Lentijo, ha manifestado la «preocupación» del organismo regulador por la seguridad nuclear y la protección radiológica debido a la situación en Ucrania desde que Rusia comenzó la guerra el pasado 24 de febrero, aunque ha garantizado que, aunque de momento no hay cambio alguno en el nivel de alerta de España derivado de esta situación, el organismo regulador «siempre está» preparado para emergencias.

«Nos preocupa porque la seguridad de las centrales nucleares depende de los equipamientos y sistemas físicos, pero también de unas prácticas de operación de los trabajadores, pero en Ucrania nos salimos de la ecuación», ha manifestado en una entrevista con Europa Press.

Lentijo, que asumió el cargo como presidente del CSN la pasada primavera después de la salida de Josép María Serena i Sender, ha explicado que las instalaciones nucleares de Ucrania se enfrentan a riesgos físicos, de salud de sus trabajadores y de operación de las plantas.

Así, ha insistido en que los proyectiles y las bombas «no tenían por qué estar ahí«, como en Zaporiya donde un misil cayó en un edificio auxiliar de la central en las primeras semanas del conflicto bélico, lo que no quita que pueda llegar a otras instalaciones auxiliares «muy importantes» para la operación segura de la plata como la alimentación eléctrica o el suministro de agua. «Esto supone riesgos físicos nuevos que no estaban en la operación normal y que desde luego sí son preocupantes«, ha insistido.

Además, ha considerado «importantísimo» otro riesgo, causado por las condiciones psicométricas, psicológicas y físicas de los operadores de las centrales nucleares que han estado «sometidos a presiones fuera de la base de diseño». Lentijo ha recordado que primero en Chernóbil y después en Zaporiya no se respetaron los turnos del personal, que no estaba autorizado a salir y ha agregado que en las condiciones habituales las normas son «muy estrictas, para evitar situaciones psicológicas complicadas» y que la operación sea la correcta.

«Estuvieron semanas enteras los mismos equipos dentro de la central y eso representa un riesgo importante», lamenta, a lo que ha sumado el hecho de que se rompió la cadena de mando que rige habitualmente, lo que llevó a los operadores a no saber si obedecer a la autoridad militar o a la civil habitual.

«Se han roto las reglas y esto ha supuesto desde nuestro punto de vista que todos esos riesgos fueron reales«, ha relatado Lentijo que ha expuesto que con rapidez el CSN se puso a trabajar con sus «compañeros» ucranianos, con el resto de reguladores europeos y con la Organización Internacional de la Energía Atómica (OIEA).

MÁS AYUDA

En cuanto a la solidaridad mostrada, el presidente del CSN ha defendido que el regulador ha apoyado con comunicaciones de repulsa o bien con las de otros países y ha dicho que, de hecho, España ha sido uno de los primeros países en enviar dosímetros de radiactividad solicitados por Ucrania. «Hemos recibido otra petición de Ucrania, a través de la OIEA que estamos valorando», ha indicado.

En cuanto a la posibilidad de que ese riesgo derivado de la guerra de Ucrania pueda afectar directa o indirectamente a España, Lentijo recuerda que es el Gobierno quien establece el nivel de amenaza que, en la actualidad no ha variado. No obstante, ha garantizado que el regulador nuclear español está «preparado» por si se produce una alerta con sus propias capacidades de respuesta que se pondrían en operación, como la sala de emergencias del Consejo, que está disponible 24 horas.

«De momento no nos han dicho que se vaya a subir el nivel de alerta, pero nosotros siempre estamos ahí, en prevenga. Por propia definición esa es nuestra normalidad», ha señalado el presidente del CSN que añade que, de momento, no se ha recibido «ninguna señal» que apunte a la necesidad de aumentar la formación o la información a la población.

BERKELEY, UN PROCESO REGLADO

En otro orden de cosas, el presidente del regulador nuclear ha garantizado que pese al «ruido» político o mediático entorno al expediente de autorización de la mina de concentrados de uranio de Berkeley en Retortillo (Salamanca), el CSN permaneció «siempre muy aislado y al margen» de todo ello, de acuerdo a su forma de trabajo basada en la objetividad.

«Nunca vamos a reaccionar al ruido alineándonos con él para garantizar que nuestros técnicos trabajan de acuerdo a lo reglado para que después el pleno tome su decisión», –ha argumentado Lentijo–. «Es nuestro manta, es nuestra biblia: somos independientes del que le gusta y del que no le gusta la nuclear. Hacemos nuestro trabajo».

En julio de 2021 el pleno del CSN emitió un informe negativo al proyecto de construcción de la mina de concentrados de uranio en Salamanca y, el Gobierno, que de acuerdo con la ley no puede saltarse las decisiones contrarias del regulador a un proyecto determinado, no autorizó la mina a Berkeley, lo que ha derivado en una serie de reclamaciones que están en manos de la Justicia. «Nosotros no tenemos nada que decir», ha concluido.

Lentijo no estaba aún en el CSN –de hecho entonces trabajaba en la sede de la OIEA en Viena– y aunque ha admitido que «hubo cosas por ahí», ha defendido que el pleno emitió su dictamen de acuerdo con lo que objetivamente correspondía en aras de la seguridad nuclear y la protección radiológica y decidió que el proyecto no cumplía las condiciones.