El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha defendido este miércoles en Ermua (Bizkaia) que la memoria, «con las víctimas en el centro, porque son un baluarte de dignidad», es «la mejor herramienta pedagógica y profiláctica contra la violencia y los extremismos».
Grande-Marlaska ha visitado este miércoles, en el Izarra Centre de Ermua, la exposición «Respeto, Memoria, Convivencia», organizada por el Ayuntamiento vizcaíno en reconocimiento a «la lucha y victoria» de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado frente al terrorismo de ETA, y que se enmarca en las actividades de recuerdo y homenaje al edil del Miguel Ángel Blanco en el 25 aniversario de su asesinato.
El ministro del Interior, que ha recorrido la muestra acompañado por el alcalde de Ermua, Juan Carlos Abascal, y por responsables de la Policía Nacional, la Guardia Civil y la Ertzaintza, ha agradecido la organización de esta exposición «en homenaje a la actuación de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, principalmente de la Policía Nacional, Guardia Civil y Ertzaintza, y también de las policías locales, contra el terror y la sinrazón de la violencia de la organización terrorista ETA, haciéndose eco, igualmente, de los 25 años del secuestro y asesinato de Miguel Ángel Blanco en Ermua».
Según ha manifestado, es «un momento importante para volver a recordar el trabajo tan relevante que realizaron la Policía Nacional, Guardia Civil y Ertzaintza para devolvernos la libertad a la sociedad vasca y española en general».
Además, ha considerado que la fecha del secuestro y asesinato del edil del PP de Ermua hace 25 años es «importante para todos nosotros, para recordar lo importante de que la sociedad se enfrente a todos aquellos que hacen de la violencia un instrumento para sus fines».
En ese sentido, ha advertido de que «las sociedades democráticas y los valores que nos hacen a todos dignos como personas, deben de ser lo suficientemente fuertes para impedir que algo así pueda ocurrir».
«Por eso es importante hacer estos recuerdos y exposiciones, esta memoria para el presente y para el futuro que tiene un valor pedagógico no solo de reconocimiento a ellos, por lo que hicieron contra el terrorismo y contra la violencia, sino también junto al reconocimiento de las víctimas, que tienen que estar siempre en el centro porque son un baluarte de dignidad», ha manifestado.
Fernando Grande-Marlaska ha señalado que exposiciones como la de Ermua son «el mejor elemento pedagógico y profiláctico para impedir los radicalismos violentos y para estar todos convencidos de que los valores democráticos son los únicos factibles para una sociedad que quiera denominarse como tal sociedad y permita a todos los ciudadanos vivir en libertad dentro de la diversidad de todo tipo, y entre ella evidentemente la diversidad ideológica, política y de cualquier otra índole».
El ministro del Interior ha abogado por una memoria «siempre con las víctimas en el centro de nuestro pensamiento y de nuestra vida» porque «ellas han sido, son y serán la manifestación precisa de la ética y de la dignidad que nos debe guiar y servir de principio básico».
«Esa memoria es el mejor herramienta pedagógica y profiláctica contra la violencia y contra los extremismos, y el recuerdo debe formar parte del presente para garantizar un futuro en dignidad y democracia», ha manifestado.
Además, ha agradecido a la sociedad en general el que se «enfrentara con toda la dignidad, con las herramientas de la palabra, la razón y la ley contra la sinrazón y la injusticia» porque, según ha asegurado, «eso nos ha permitido que hoy podamos caminar en paz».
Grande-Marlaska ha advertido, asimismo, que ese recuerdo debe ser «terco» porque «el ser humano tiene una facilidad más que importante en volver a caer en los mismos errores y una sociedad, si quiere ser digna de ser considerada como tal, debe basarse en el recuerdo de lo que no puede reproducirse para que pueda seguir viviendo en paz».
AGRADECIMIENTOS
Por todo ello, ha trasladado su agradecimiento por esta exposición que reconoce la labor y el trabajo desarrollado por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad «durante años duros, difíciles y donde se ponía en tela de juicio los valores democráticos de la forma más cruel como es el asesinato, la extorsión y la amenaza».
«Fueron años difíciles, donde 401 agentes de las Fuerzas de Seguridad fueron asesinados y más de 700 heridos por defender nuestro espacio de libertad, la democracia y los valores que le son propios», ha remarcado, para recordar, en el 25 aniversario del secuestro de Miguel Ángel Blanco, que Ermua fue «el centro de la dignidad y del origen del grito pacífico de la sociedad vasca y española contra el terrorismo».
Tras afirmar que «fue el principio del final de ETA», ha asegurado que «los que vivíamos aquí no olvidaremos nunca aquellos días de julio de 1997, lo que pasaba en nuestras vidas, nuestra reacción, nuestra impotencia ante la crueldad y la sinrazón«, a la vez que «también veíamos cómo generaba en nosotros una valentía especial, un espíritu de lucha por nuestros valores, principios, presente y futuro».
Por su parte, el alcalde de Ermua ha señalado que, con los actos organizados en el marco del asesinato de Miguel ángel Blanco, no solo pretenden recordar este aniversario, sino que también quieren «contribuir, desde la memoria, a la reparación del daño a las víctimas y a la construcción de una sociedad basada en el respeto de la pluralidad, de orígenes e ideologías».
«En este aniversario queremos rendir homenaje a Miguel Ángel, a nuestro vecino Sotero Mazo y a todas las víctimas del terrorismo, la ciudadanía y a todos los agentes sociales, políticos, judiciales y policiales que participasteis de forma activa en la defensa de la libertad y la derrota de ETA», ha concluido.