Con el calor intenso del verano, los problemas circulatorios limitan la vida de muchas personas y restan calidad de vida. Dolores de cabeza, mareos, incluso desmayos, son algunas de las consecuencias de unas temperaturas tan elevadas que el organismo apenas puede adaptarse a ellas.
El sistema cardiovascular es el primero que se ve afectado, por eso durante el verano hay muchos problemas de tensión baja y vasodilatación. También se incrementa la sudoración y la pérdida de líquidos y minerales, lo que puede provocar que el cerebro reciba menos flujo sanguíneo.
1CAUSAS DE LOS MAREOS EN VERANO
¿Cómo afecta el calor al sistema circulatorio? Los órganos de nuestro cuerpo, sobre todo el cerebro, deben mantener una temperatura constante entre 36 y 37 grados. Para ello, el cuerpo transporta calor a través de la sangre y lo expulsa por la piel, hacia el exterior. Pero no siempre puede cumplir esta tarea, ya que si el aire está también muy caliente
, el cuerpo no puede enfriarse adecuadamente. Cuando esto ocurre, el cuerpo recurre a un ‘plan B’, dilatando los vasos sanguíneos al máximo, para que mejore la eficacia de la refrigeración. El problema es que esto provoca una bajada de tensión y esto puede acarrear que el cerebro no reciba el suficiente oxígeno. Y ahí es cuando aparecen los mareos, migrañas, sudores, náuseas, y breves pérdidas del conocimiento.