Aunque cueste reconocerlo, cuando alcanzamos cierta edad, las cosas empiezan a cambiar en nuestro cuerpo. Al acercarnos a los 40 el metabolismo comienza a ralentizarse poco a poco y esto, unido a una vida más sedentaria y una despreocupación por la alimentación, puede hacer que engordemos casi de la noche a la mañana. Así que es el momento de empezar a cuidarse, adoptando hábitos saludables como controlar las comidas y hacer ejercicio físico de forma habitual. Además de mantener la figura, se trata de mantener una buena salud durante muchos años.
Entre los cambios de hábitos que deberíamos incorporar, se encuentra limitar el consumo de muchas de las bebidas que solemos tomar sin darle demasiadas vueltas. A continuación te explicamos cuáles son, y como puede dañar tu salud. Obviamos el alcohol, porque todos sabemos de sobre que es perjudicial y que se asocia al desarrollo de algunos tipos de cáncer, según algunos estudios recientes.
LIMONADA CASERA Y ZUMO DE NARANJA NATURAL
¿Cómo algo tan natural puede ser dañino? Limonada en verano, es una de las bebidas más refrescante y fáciles de hacer. En realidad tiene una cantidad elevada de calorías y azúcar libre, así que su consumo debería ser puntual, y nunca para calmar la sed como sustituto del agua. Además, el limón es ácido y puede dañar el esmalte dental e irritar las paredes del estómago. En cuanto al zumo de naranja que tan saludable nos parece en el desayuno, presenta un problema similar. Al exprimirla, retiramos su fibra natural, y la bebida se convierte en puro azúcar. Un zumo de naranja tiene unos 12 gramos de azúcar por cada 100 mililitros, incluso más que un refresco de cola. Lo mejor es tomar la fruta entera.
YOGUR LÍQUIDO
Se trata de un formato muy práctico, refrescante y delicioso, pero es un producto que suele incluir una cantidad desorbitada de azúcar. Además, al ser bebible, es fácil excederse y tomar mucho más de la cuenta. Si queremos ingerir probióticos, lo ideal es consumir un yogur natural sin edulcorantes.
TÓNICA O REFRESCOS LIGHT ENTRE LAS BEBIDAS PROHIBIDAS
Hay quien cree que la tónica es un tipo de refresco más saludable que otras opciones, pero esto es un error. Un vaso de tónica aporta unos 30 gramos de azúcar y unas 124 calorías. Aún es mucho peor si se toma en un gin-tonic. Los refrescos dietéticos, por otra parte, no contienen azúcar propiamente dicho, pero sí un edulcorante artificial llamado aspartamo, cuyos efecto sobre el organismo, no son muy saludables. Algunos estudios sugieren que este tipo de edulcorantes no ayudan en la pérdida de peso, ni reducen el síndrome metabólico.
INFUSIONES LAXANTES
A veces, en un momento muy puntual, una infusión laxante puede ser de gran ayuda para ir al baño. Pero tomar estos productos con regularidad para resolver problemas de estreñimiento es una mala idea. Los laxantes provocan que el intestino no sea capaz de absorber adecuadamente los nutrientes de los alimentos y a largo plazo se pueden sufrir serios déficits. Además, generan cierta dependencia, y con el tiempo, el intestino grueso no es capaz de funcionar sin ayuda.
CAFÉ Y BEBIDAS ENERGÉTICAS
El café nos ayuda a empezar el día activándonos por la mañana, y es una bebida muy popular que suele gustar mucho. Pero llegados a cierta edad, es importante llevar un control de la cantidad de café que se consume. Las personas que toman cuatro o más tazas de café, se están excediendo en la cantidad de cafeína diaria recomendada, que no debería superar los 400 miligramos. El exceso de cafeína puede provocar pérdida de masa ósea, cefaleas, insomnio, hipertensión y un estado de ánimo intranquilo. Lo mismo aplica para las bebidas energéticas con el añadido de que estas además contienen una enrome cantidad de azúcar. Te despiertan al momento, pero al cabo de un rato provocan un fuerte balón de energía.
LECHE DESNATADA
Por sorprendente que parezca, la leche desnatada no es tan saludable como parece. Aunque tiene menos calorías, pierde muchos nutrientes, ya que hay vitaminas que son solubles en grasas. Muchos expertos recomiendan descartar los lácteos descremados, y optar por los normales, porque la diferencia calórica y de grasas no es tan grande, y además sacian más.