El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, ha retado este martes al del Gobierno, Pedro Sánchez, a «poner las urnas» si cree que la mesa de diálogo ha logrado minimizar el independentismo. «Si el presidente del Gobierno está tan seguro de que el diálogo y la negociación neutraliza o minimiza el independentismo, que ponga las urnas para que votemos en un referéndum. Si tan seguros están de que ganarán, que pongan las urnas. Si no las ponen es que saben que no ganarán», ha subrayado en rueda de prensa posterior al Consell Executiu.
Lo ha dicho después de que Sánchez atribuyera al diálogo con Cataluña la caída del apoyo a la independencia, basándose en la última encuesta del Centre d’Estudis d’Opinió (CEO) de la Generalitat que recogía el rechazo del 52% de los catalanes a que Cataluña se convierta en un Estado independiente frente al apoyo del 41%.
«En julio de 2017, tres meses antes del 1-O, el porcentaje de apoyo a la independencia era el mismo», ha recalcado Aragonès, que ha añadido que lo importante no son los porcentajes en una encuesta y sí en un referéndum, y que él batalla por lo segundo.
Así, ha reivindicado los frutos de la mesa de diálogo y ha anunciado que, en el último trimestre de este año, deben concretarse «los cambios legislativos que se enmarcan en el proceso de desjudicialización» que acordaron en la última reunión.
«Será la manera de constatar si la voluntad del Gobierno es poner fin a la represión conjuntamente con la necesidad de decidir el futuro del país», ha asegurado el presidente catalán, que ha defendido la vía de la negociación para resolver el conflicto.
SEDICIÓN
Al preguntársele si en el marco de la desjudicialización del conflicto están negociando la reforma del delito de sedición del Código Penal, Aragonès ha evitado concretarlo y se ha referido a cambios legislativos en general.
Sobre que Sánchez alegue que no hay mayoría suficiente para reformar la sedición, el presidente catalán ha replicado que «las mayorías se construyen si hay voluntad», tras recordar que se necesita mayoría absoluta de votos para reformar el Código Penal.
«Se necesita voluntad política. Deben ser cambios que sirvan para acabar con la represión, para dejar de tener una legislación en materia penal, judicial y de responsabilidad contable alejada de los estándar europeos», ha resumido.
También ha evitado vincular esta negociación del posible apoyo o no de ERC a los Presupuestos Generales del Estado (PGE), y ha pedido centrar la atención en que las eventuales modificaciones legislativas para la desjudicialización del conflicto se llevarán a cabo antes de que termine este año.
AMNISTÍA Y AUTODETERMINACIÓN
Aragonès ha avisado de que, aunque los primeros acuerdos que salgan de la mesa de diálogo sean «parciales o menores», el Govern mantiene inalterable su objetivo de lograr la amnistía y la autodeterminación.
«Hay mucha gente comprometida con la libertad de Cataluña que son víctimas de la represión del Estado. Y nunca, ni el independentismo, ni el Govern ni yo como presidente, los dejaremos solos», ha afirmado.
Lo que quiere, ha dicho, es que nadie entre en prisión por su compromiso político en defensa de Cataluña: «Nadie más debe ir al exilio, ver peligrar su casa y su patrimonio por su compromiso con una ideología, y nadie más debe ser inhabilitado por defender un referéndum y la libertad del país», ha concretado.
Pese a admitir que las posiciones entre el Gobierno y la Generalitat están muy alejadas, ha apelado a avanzar «poco a poco, con seguridad y confianza» en defensa de la autodeterminación, y ha advertido de que el conflicto seguirá mientras los catalanes no puedan decidir su futuro político.
SOBRE JUNTS
Aunque Junts no participe en la mesa de diálogo, Aragonès ha mostrado su determinación por seguir apostando por la negociación con el Gobierno: «Si hay una propuesta alternativa y concreta, estoy dispuesto a escucharla y valorarla».
«Todas deben ponerse en valor. Pero con lo que tenemos sobre la mesa y con las condiciones que tenemos, estamos determinados a seguir por el camino de la negociación», ha defendido.
Además, ha asegurado que no es partidario de tomar represalias y sí de «construir confianzas y generar consensos» para tener más fuerza en la negociación.