La forma más práctica de limpiar el teclado sin estropearlo

El teclado es uno de esos objetos que usamos a diario y, sin embargo, no forma parte de nuestras rutinas de limpieza. Mal hecho, porque es un punto donde se acumula una gran cantidad de suciedad, desde grasa, restos de comida, pelos, polvo, migas… Además de que ser un nido de gérmenes, puede afectar al funcionamiento de las teclas, así que es conveniente limpiarlo de vez en cuando. El problema es que parece una tarea complicada y al final vamos dejándolo. Pero en realidad, no hace falta quitar tecla por tecla para dejarlo impoluto. Hay formas de limpiarlo en poco tiempo y sin riesgo de estropear nada. Te lo explicamos paso a paso.

Lo primero es desconectar el ordenador, sea un teclado independiente o un portátil. Después debemos aspirar utilizando un aspirador con un accesorio fino, que nos permita acceder a los espacios estrechos y retirar una buena parte de suciedad acumulada. Después, para quitar las manchas de grasa, se puede mojar un trapo en alcohol de 96º y pasarlo por la superficie con suavidad, teniendo cuidado de no borrar los símbolos, ni dañar la estructura.

ESPRÁIS DE AIRE COMPRIMIDO PARA EL TECLADO

Otra opción muy eficaz para la limpieza del teclado es el spray de aire comprimido. Se vende en tiendas especializadas en electrónica y están pensados precisamente para la limpieza de los diferentes componentes. Para usarlo correctamente, conviene seguir las instrucciones del fabricante al pie de la letra. Generalmente, hay que inclinar el spray colocando la boquilla hacia las teclas, e ir presionando poco a poco para que el aire vaya dispersando los restos de suciedad.

Existen ciertos objetos cotidianos que, por uno u otros motivos, no suelen entrar dentro de las tareas rutinarias de limpieza. Algunos como la cisterna del baño pasan desapercibidos y de otros creemos que, milagrosamente, no se ensucian. Este es el caso del teclado del ordenador. Y nada más lejos de la realidad porque en realidad es el destino preferido de polvo, pelos, miguitas o incluso grasa. Las ‘peras’ de aire comprimido también pueden servir. Finalizamos la limpieza pasando un paño húmedo, en alcohol, gel hidroalcoholico, o agua templada con una pizca de jabón, siempre con mucha suavidad.

Si se trata de un ordenador portátil, la limpieza es muy similar que en los teclados de sobremesa. Primero sacudimos suavemente para retirar las migas y el polvo más suelto y ligero, y después pasamos un trapo húmedo para retirar las manchas más pegajosas. En cualquiera de los casos no se recomienda desmontar el teclado, porque para hacerlo bien hay que usar una herramienta específica, que se llama spudger, y que es una especie de cuña. Si consideramos que nuestro teclado necesita una limpieza tal que requiera desmontar piezas, es mejor dejarlo en manos de un técnico profesional.