Un estudio liderado desde el Centro Nacional de Microbiología del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) ha identificado diversas rutas metabólicas que marcan diferentes patrones en la evolución de la COVID-19.
Los resultados, que se han publicado en la revista científica ‘Frontiers in Immunology’, sugieren la existencia de perfiles metabólicos que podrían predecir la evolución y gravedad de la enfermedad.
Las investigadoras doctoras María Ángeles Jiménez Sousa y Amanda Fernández Rodríguez lideran en el CNM-ISCIII un equipo que analiza los mecanismos genéticos y moleculares que definen la evolución clínica y la gravedad de la COVID-19.
Para llevar a cabo la investigación se han analizado los perfiles metabolómicos y de marcadores inflamatorios en el plasma de 123 pacientes con COVID-19 en distintos grados de gravedad, desde asintomáticos a casos moderados y graves. El estudio se ha llevado a cabo en colaboración con diversos hospitales de la Comunidad de Madrid.
El metabolismo es el conjunto de reacciones químicas que se producen en las células del cuerpo humano para lograr energía de los nutrientes y que éstas puedan desarrollar sus funciones.
Los resultados confirman que varias rutas metabólicas, como las relacionadas con el metabolismo de aminoácidos y el nitrógeno, entre otros, marcan diferentes patrones en la evolución de la enfermedad, y que uno de estos perfiles de desrregulación metabólica causada por el SARS-CoV-2 se asocia a un estadio concreto de enfermedad grave.
De esta manera, los autores señalan que analizar el perfil metabólico de los pacientes que ingresan en el hospital con COVID-19 permitiría identificar quiénes evolucionarán hacia una enfermedad grave o moderada.
Los autores añaden que este perfil metabólico específico asociado a enfermedad grave está fuertemente influenciado por el sexo del paciente, lo que aporta nuevas evidencias a la diferente respuesta frente al COVID-19 entre hombres y mujeres.
Se trata de uno de los primeros estudios que describen las diferencias en los perfiles metabolómicos e inflamatorios entre hombres y mujeres antes de que la enfermedad pueda evolucionar a formas leves, moderadas o graves.
«El perfil metabólico de los pacientes con COVID-19 al inicio de la enfermedad puede ser una herramienta para desentrañar la patogénesis molecular del SARS-CoV-2 y mejorar el conocimiento y manejo clínico de la COVID-19», apuntan Jiménez Sousa y Fernández Rodríguez.
La investigación ahora publicada está relacionada con otros dos estudios también publicados este año por el mismo grupo de investigadoras, que complementan la caracterización de la respuesta a la infección por SARS-CoV-2 en pacientes con distinta evolución clínica y que concluyeron que los microARN y las proteínas de coagulación se encuentran alterados por el SARS-CoV-2 desde fases muy tempranas de la COVID-19, por lo que pueden ser biomarcadores de la evolución clínica de la enfermedad.