En el peor momento reputacional de Jorge Fernández Díaz ha reaparecido su hermano Alberto con el ánimo de ofrecerse a liderar al Partido Popular en el Ayuntamiento de Barcelona, donde los de Alberto Núñez Feijóo intentarán mejorar sus números en mayo de 2023.
Lo intentarán sin el empresario Josep Bou, que consciente de su falta de apoyos en Génova 13 ha mostrado su renuncia «para que el partido pueda decidir con calma el nombre para encabezar la lista». «Renuncio y descarto al PP, no quiero ser una piedra en el camino», añadió.
BAILE DE NOMBRES
El exalcalde de Casteldefells, Manu Reyes, acaba de ser reelegido presidente del PP en la provincia de Barcelona sabiendo que el Congreso del partido a nivel autonómico finalmente se aplaza y no se celebrará en otoño.
Feijóo prefiere aparcar el asunto hasta después de las municipales tras no conseguir que Dolors Montserrat trague con volver desde Bruselas a Barcelona para liderar al PP catalán, que sigue en manos de Alejandro Fernández a pesar de la debacle que protagonizó en las autonómicas del pasado año.
ALBERTO FERNÁNDEZ DÍAZ SE OFRECE
El PP está en mínimos en Cataluña: cuenta con 2 concejales en Barcelona (llegó a tener 9), suma alrededor de 60 concejales a nivel autonómico (en su día rondó los 450), en las autonómicas del pasdo año logró 3 diputados en el Parlament (llegó a contar con 19) y lleva 2 diputados al Congreso (por los 12 que obtuvo en el pasado).
Frente a esta pésima situación está recobrando fuerza el nombre de Alberto Fernández Díaz, que ejerció como edil durante 27 años en Barcelona y fue cuatro veces candidato del PP en la Ciudad Condal, incluso en el máximo que logró la formación (en 2011).
El hermanísimo, que no logró que Pablo Casado lo incluyese en las listas del Parlamento de Europa en 2019, dice ahora que «la nueva etapa iniciada con Alberto Núñez Feijóo vaticina el regreso del PP catalán a la fortaleza necesaria para el retorno de la sensatez y la libertad en Cataluña y esencial para el cambio en España».
En ABC escribe que «es imprescindible un PP catalán fortalecido y que, asentado en su trayectoria, se proyecte en el futuro con las puertas abiertas a todos, pero con sus siglas y su ADN popular. Recuperando a quienes se sintieron abandonados e ilusionando con propuestas rigurosas de gobierno, con una actitud de diálogo y reencuentro, de tenacidad en el trabajo y con arraigo en nuestras comarcas y ciudades».
Alberto Fernández Díaz pide «confianza en un proyecto renovado, cimentado y erguido desde el propio PP catalán como casa común de quienes quieren sumar frente al populismo extremo, la izquierda sectaria e incompetente y el independentismo. Confianza para articular un partido en una sociedad en libertad y con valores, que cree en el autogobierno y comprometido con Cataluña y en España».
Es llamativo que recuerde que «tampoco fue fácil para el PP catalán convivir con los pactos de nuestro partido con la entonces CiU para gobernar España. Cuando por fin se gobernaba, el verdadero soporte de la gobernabilidad de nuestro país, paradojas de la política, no era el de los nacionalistas como se sostenía, sino el sacrificio, que no la renuncia, de los populares catalanes».
Algunas voces recuerdan que por aquel entonces, entre 1996 y 2000, el líder del PP catalán era… Alberto Fernández Díaz.