Podemos hará un «Enrique Santiago» a todo diputado que coquetee con Yolanda Díaz

Unidas Podemos tiene rotas las costuras. Desde Podemos culpan a Yolanda Díaz por su «ambición» y su necesidad de montar una plataforma independiente que haga desaparecer del primer plano a los morados. Y desde el entorno de la vicepresidenta del Gobierno aseguran que los culpables han sido los mensajes radicales y poco meditados de los ministros de Podemos los que han obligado a la izquierda a reorganizarse para no desaparecer del elenco parlamentario. Sea como sea, el divorcio está en una fase lo suficientemente cruda como para que Ione Belarra e Irene Montero se hayan vestido de Pablo Iglesias y hayan deslizado que todo aquel que coquetee con la plataforma de Yolanda Díaz, Sumar, será expulsado o marginado en el partido. Sería la IV Purga de Podemos, pero ahora quieren ser más elegantes.

Hay muchos integrantes de Unidas Podemos que entienden que el barco de Podemos se está hundiendo y que hay que saltar al barco de Yolanda Díaz. El propio alcalde de Valencia, Joan Ribó, ha salido a dar su tímido apoyo a la también ministra de Trabajo sin demasiado éxito. «Me parece imprescindible que toda la izquierda transformadora lleguemos a un acuerdo. Le deseo a Yolanda Díaz los mejores resultados en el proyecto Sumar», ha detallado el alcalde valenciano. Ribó se escapa a la pura de Podemos porque está fuera del radar, pero los que aún se sientan en el Congreso con la camiseta morada lo tiene más complicado, pues la ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra, y la titular de Igualdad, Irene Montero, se han inspirado en Pablo Iglesias para protagonizar la nueva purga de Podemos, aunque esta vez se hará con calma y de cara a las próximas elecciones, tanto las municipales y autonómicas como las generales que se celebrarán en 2023.

Para Podemos es fácil. Si Yolanda Díaz no cede y mantiene la predominancia de los integrantes de la formación en Sumar, utilizarán las elecciones autonómicas y municipales para comenzar a dar toques de atención. Cambiarán las listas y además utilizarán la falta de presencia de Sumar en estos comicios para sacar de malas formas a todos aquellos concejales o diputados autonómicos que hayan coqueteado con Yolanda Díaz. Podemos sabe que está perdiendo la partida, pero también sabe que las autonómicas y las municipales son una gran baza para someter a todos aquellos que quieran seguir viviendo de la administración pública, es decir, casi todos.

Ya hay algunos parlamentarios que tienen claro que se quieren marchar a Sumar, pero temen las consecuencias de ponerse en contacto con Yolanda Díaz para hablar de qué número le ofrecería en las esperadas listas. El que la vicepresidenta no se vaya a presentar en las autonómicas y municipales deja la marca en una posición más complicada. Pero lo cierto es que también es complicado ponerse en contacto con la ministra de Trabajo dado que aún ese proceso de escucha está siendo tedioso y poco productivo. Yolanda quiere a todas las izquierdas unidas, pero no quiere ni a los dirigentes de Izquierda Unida ni a los de Podemos en las primeras líneas de su equipo.

poco le valió a Enrique Santiago dejarle a Pablo Iglesias su casa

El primero en caer en esta purga anunciada ha sido Enrique Santiago, hasta hace poco secretario de Estado junto a Ione Belarra. Su proximidad a Yolanda Díaz, la asistencia a alguno de sus actos con Sumar y su constante coqueteo con la vicepresidenta hicieron saltar las alarmas en Podemos y poco le valió a Enrique Santiago dejarle a Pablo Iglesias su casa en el norte para veranear. La purga lo dejó fuera y ahora todos los dirigentes de Podemos tienen mucho cuidado a la hora de acercarse a Yolanda Díaz. De hecho, hay más de una fuente morada que asegura que quisieron dar ejemplo con Enrique Santiago e insisten en que ha surtido efecto.

La purga de Podemos llegará, pero los que quieren dar el salto a Sumar lo más pronto posible esperan que una vez Ione Belarra e Irene Montero tomen la decisión junto a Pablo Echenique de dar la patada a quienes no mantengan su lealtad, ya les pille con un buen acomodo en las listas. Con esta realidad, en Podemos esperan generar la suficiente desconfianza como para que las siglas moradas tengan el mayor peso entre los partidos de izquierdas. Pero Yolanda Díaz no quiere entrar en una guerra abierta con sus socias. No al menos hasta que llegue el momento de la campaña electoral y de presentar los partidos.

El daño colateral que se ha generado entre los diputados de Podemos es que no saben cómo actuar pese a que hayan tomado ya la decisión de irse con Yolanda. Si lo hacen tarde, relatan las fuentes, puede que todos los puestos estén ocupados y que se les tache de oportunistas. Y si lo hacen pronto, puede que no consigan el puesto deseado y que además, como daño añadido, Podemos se dé cuenta de su falta de pasión por las siglas y le expulse al más puro estilo de Enrique Santiago. Una situación compleja.

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