Sol marca a los primeros concejales de Madrid que sustituirá con los «monchitos» de Ayuso

La Comunidad de Madrid no ha podido esperar ni a que acabe agosto. Ha sido ver las orejas de septiembre y de la nueva temporada y los flamantes dirigentes del Partido Popular de Madrid dirigidos por Alfonso Serrano han empezado a señalar a los concejales de la capital que tendrán que dejar la casa tan pronto como se celebren las elecciones municipales. La idea que tiene la Comunidad de Madrid es la de dejar a José Luis Martínez Almeida como candidato, pero el resto de la lista la trufarán de gente afín a Isabel Díaz Ayuso a los que coloquialmente llaman en Sol «monchitos». Ya se sabe en líneas generales quienes serán los pesos pesados de Ayuso que viajarán de Sol a Cibeles. Pero sobretodo se sabe quiénes dejarán el Ayuntamiento de Madrid tan pronto como se celebren los comicio de mayo.

Andrea Levy, concejala de cultura, es la number one de los nominados a dejar la casa de Cibeles. Ella y todo su equipo, claro. Los viajes a Starlite y las posteriores carreras ante los médicos han pasado demasiada factura a la popular y desde la Comunidad tienen absolutamente claro que es la primera que debe ser sustituida por un «monchito». A Levy le acompañarán segundos espadas que tienen una histórica relación con determinados empresarios que empañan la nueva imagen que quieren dar desde Sol, como es el caso del concejal Javier Ramírez, otro nominado que nadie cuestiona. Pero también los hay más polémicos y problemáticos, como es el caso de la salida de Matilde García Duarte, la mano derecha de Almeida y uno de los puntos débiles de esta legislatura, tal y como opina algún que otro alto cargo del Ayuntamiento de Madrid.

Lo bueno es que con lo tibia que ha sido y sigue siendo la oposición, la sensación en el despacho de Miguel Ángel Rodríguez, director de gabinete de Isabel Díaz Ayuso, es que lo tienen todo ganado. Sin embargo, habrá más de uno que está en la rampa de salida que se resistirá a dejar el sueldo público. En algunos casos, como ocurre con el rey de la calle Ponzano, Javier Ramírez, se plantean la posibilidad de reubicarlo en otro ayuntamiento popular para que mantenga su sofocante y acelerado ritmo de vida. Pozuelo de Alarcón puede ser una de las posibles salidas dado que su mujer, Victoria Wharrier sigue por ahí con las siglas del partido sin bajarse de los 50.000 anuales. Pero hay muchos ayuntamientos a los que recurrir, y la relación estrecha que tiene Javier Ramírez con Boadilla del Monte podría ser una buena salida que evite problemas a largo plazo.

La única razón por la que Matilde está en el Ayuntamiento es porque Almeida se ha empeñado

El tema de Andrea Levy es más sencillo. Además, son muchos los secretarios y vicesecretarios del PP de Madrid que desean disponer de un puesto de esa magnitud. La propia concejala lleva tiempo que conoce su situación y no es una sorpresa para ella el hecho de que pretendan sacarla del partido. Pero lo grave no está con Levy. Lo difícil y lo más evidente es la necesidad de Sol de sacar de una vez por todas a Matilde García Duarte, coordinadora general de Alcaldía en Ayuntamiento de Madrid. Sobre ella pesan los rumores más polémicos que podrían debilitar el Consistorio y sobre ella pesa más de una mirada indiscreta que sospechan que es un problema para el propio Partido Popular. La única razón por la que Matilde está en el Ayuntamiento es porque Almeida se ha empeñado. Es su compañera de promoción y confía plenamente en ella. Su relación estrecha y de confianza ha llegado hasta tal punto que ha generado envidias en el Ayuntamiento, pero también es difícil encontrar a un solo integrante del Consistorio que tenga una buena opinión de ella. Y sí, hablamos de sus propios compañeros. Esto sin entrar en Madrid Futuro, donde está lo más complicado.

Los «monchitos» llevan tiempo calentando en la banda a la espera de que el míster les selecciones para ocupar su puesto en el terreno de juego. Hay algunos seguidores del alcalde, como es el caso de Sonia Cea Quintana, que lleva tiempo coqueteando con todo director general de la Comunidad de Madrid que pase por delante para conseguir mejorar su imagen de cara a Miguel Ángel Rodríguez. Pero no basta con ser amable para conseguir el galón de «monchito» (o monchita, en este caso). Cea Quintana es una de esas dirigentes que en el entorno de Alfonso Serrano genera ciertas dudas porque pese a que se ha mantenido leal a la Comunidad de Madrid (o al menos lo ha intentado aparentar), su marido, el procesado en el caso Púnica David Erguido, no es que genere pocos problemas en el PP de Madrid.

Siguiendo con los «no convocados» por el míster, otro que tiene posibilidades de no seguir al frente de su cargo es el propio y mismísimo Borja Carabante. Su lealtad a Almeida hace pensar que también era conocedor del proceso de espionaje a Isabel Díaz Ayuso y no es alguien que tenga especialmente buena relación con la Comunidad de Madrid. Además, Carabante se ha convertido, entre patrocinio y patrocinio de Acciona, en uno de los concejales más criticados y machacados esta legislatura. Un cambio de cara y de aires es bien visto en Sol y el área de Carabante, de Medio Ambiente y Movilidad, es demasiado golosa como para dejarla en manos de alguien cuya lealtad a Madrid está en entredicho.

Con todo esto, no es la falta de «monchitos» la que preocupa, sino el cómo dar una salida medianamente poco alborotada a la mayoría de los concejales y altos cargos del Ayuntamiento que tienen que salir por la puerta de atrás. Lo que está claro es que Sol ha empezado los movimientos y ya ha señalado a los que están nominados para dejar la casa. Algunos, como Javier Ramírez, serán fáciles de expulsar. Pero otros, como Matilde García Duarte, traerán más problemas y quebraderos de cabeza que facilidades.