La imagen de Espinosa de los Monteros cae en picado en Vox por la salida de Macarena Olona

Iván Espinosa de los Monteros presume de ser un gran estratega, pero no parece haber hecho las cosas bien con Macarena Olona. Fuentes de Vox aseguran a MONCLOA.com que la salida de la candidata a las elecciones de Andalucía ha generado mucha tensión en el partido porque creen que la decisión de Espinosa de los Monteros de mandar a Olona al sur ha acabado con su carrera. Por primera vez, el puño de hierro de Espinosa de los Monteros no ejerce la presión necesaria en el seno de la formación y Vox se divide a pocos meses de las elecciones autonómicas y municipales. Aún quedan dudas en el seno del partido sobre por qué Olona ha abandonado la política, pero todos aseguran que Macarena no quería marcharse como candidata a Andalucía, algo que hizo por lealtad a la formación, no porque fuera su preferencia. Ahora Vox se ha quedado sin una de sus caras más visibles y dudan sobre si volverá, aunque algunos esperan una reaparición estelar para los comicios.

Macarena no quería irse a Andalucía. Fuentes de Vox aseguran que no se cortaba a la hora de contarlo ni siquiera en las comidas con gente del partido. Sin embargo, Olona aseguró en esa misma comida que haría lo que le dijera el partido. Y cuando decimos el partido, nos referimos a quien realmente elabora la hoja de ruta a seguir: el diputado Iván Espinosa de los Monteros. La decisión fue bien vista por Santiago Abascal y el resto de aristogatos, pero lo cierto es que mandaron a una de las diputadas con más recorrido y tirón a lo que sería su tumba política, al menos aparentemente. Los malos resultados cosechados en Andalucía (y decimos malos porque las expectativas que manejaban en Vox eran muy elevadas) dejaron a Olona condenada a una oposición sin capacidad de acción. Con todo esto, vino el anuncio de Macarena de que abandonaba la política por razones médicas dejando a más de uno inquieto en el seno del partido.

Los aristogatos se han quedado solos

Sobre por qué Macarena ha dejado la política hay miles de teorías que circulan con timidez por Vox. Pero lo que sí tienen claro en el Congreso algunos diputados es que la decisión de Iván Espinosa de los Monteros no ha sido precisamente la más acertada dado que ha conseguido hundir a la candidata. Andalucía fue su tumba política y ya solo queda la idea de una reaparición estelar para consolar a quienes veían en Macarena el futuro de Vox. Los aristogatos se han quedado solos y ahora tienen que trabajar en las elecciones con otra cara. Y más cuando el Partido Popular tiene una estrategia electoral con la que claramente pretenden dejar fuera a los de Santiago Abascal e Iván Espinosa de los Monteros.

La tensión deja entrever que Vox se rompe a pocos meses de las elecciones. Esa unidad de la que tanto presumían ha quedado tocada porque empiezan a ver que Iván Espinosa de los Monteros utiliza a su antojo la popularidad de terceros para ver si consigue arañar votos en municipios o comunidades autónomas de su interés. El puño de hierro de Iván Espinosa de los Monteros ya no genera la presión necesaria y por primera vez se empiezan a ver las costuras del partido de forma más evidente. Hay críticas abiertas y menos miedo a decir en público que el acabar con Olona no fue una buena decisión.

Hay dudas en el seno del partido sobre por qué Olona no se ha quedado en la oposición andaluza. Lo cierto es que el futuro que le esperaba en Sevilla no era precisamente muy activo a nivel político dado que Juan Manuel Moreno Bonilla obtuvo la mayoría absoluta necesaria para no necesitar a nadie. Su papel consistiría en verlas venir y no tener capacidad para hacer prácticamente nada más que presentar algunas preguntas y algunos proyectos. Pero nada más. Que se haya ido es un alivio para algunos que no querían ver cómo Vox desperdiciaba uno de sus mejores activos.

Por primera vez en lo que va de legislatura, Vox empieza a sentir que ya ha pasado la cresta de la ola. Si no ha conseguido capitalizar el apoyo en Andalucía con la inflación y el descontento general, las previsiones en otras comunidades autónomas y en las generales no son especialmente buenas. Y menos cuando se presentan con una situación interna menos cohesionada que antes.