El camino se ha quedado prácticamente libre para Juan Lobato después de este verano. La falta de crisis de Gobierno, tal y como ha asegurado el presidente del Ejecutivo, dejará a prácticamente todos los ministros en sus puestos hasta noviembre del año que viene e impedirá que alguno de ellos se presente a las elecciones de la Comunidad de Madrid. El balance que ha hecho Ferraz ha llevado a los ingenieros políticos del PSOE a ver con buenos ojos que Juan Lobato sea el candidato. Son dos las razones de peso que han dejado vía libre al exalcalde de Soto del Real. Y esas mismas razones han dado oxígeno a un Lobato que no tenía del todo claro si le darían luz verde. Al final, todos se quedan contentos.
La primera razón viene de la mano de la abortada crisis de Gobierno. Sánchez no quiere dar la razón a los periodistas y a las constantes filtraciones que venían desde Moncloa y ha decidido retrasar o dejar para otro momento esta II Purga que tenía en mente. Con todo esto, los ministros que sonaban como posibles candidatos, o mejor dicho, candidatas a la Comunidad de Madrid han visto como mantendrán sus puestos al menos durante un año más. Esas dos caras conocidas con la titular de Justicia, Pilar Llop, y la de Industria y Turismo, María Reyes Maroto. Ambas habían sonado como sustitutas de Ángel Gabilondo. Ahora ninguna de ellas suena con fuerza para acudir a una Comunidad de Madrid en la que domina de forma abusiva Isabel Díaz Ayuso. Y aquí es donde arranca el segundo motivo por el que Lobato tendrá esa vía libre hacia la candidatura, que no la presidencia de Sol.
En Ferraz dan por hecho que las elecciones autonómicas y municipales serán un desastre para el partido. Hablamos de todo el territorio, pero en la Comunidad de Madrid el batacazo será especialmente duro para los socialistas. Presentar a un buen candidato o una buena candidata es, a ojos de Ferraz, contraproducente porque sería quemar ese perfil. Juan Lobato tiene ganas, energía, está dando que hablar y no lo está haciendo mal a ojos de estos mismos ingenieros políticos que representa Félix Bolaños, ministro de la Presidencia, con Rafael Simancas, secretario de Estado de Relaciones con las Cortes y Asuntos Constitucionales y el propio Antonio Hernando, uno de los asesores de confianza del presidente del Gobierno.
Lobato no ha dejado de trabajar desde que consiguió la secretaría general
Nadie quiere ese batacazo, pero lo cierto es que ese vaticinio ha favorecido los intereses de Juan Lobato, un candidato que no ha dejado de trabajar desde que consiguió la secretaría general del PSOE de Madrid. Ese empuje es el que ha llevado también a Ferraz a entender que nadie va a trabajar tanto como él por presentarse a las elecciones. Por mucho que vaya a ser un Edmundo Bal, lo cierto es que no hay un pretendiente con más energía y capacidad de trabajo que Juan Lobato. Y si hablamos de esa misma capacidad en las ministras anteriormente mencionadas, lo cierto es que el exalcalde gana de calle a ojos de cualquier socialista.
La autopista de Juan Lobato está lista para que se presente en mayo a las elecciones. El único problema que ven en Ferraz es que no saben cómo deben trufar las listas electorales. El equipo que actualmente rodea al secretario socialista no convence a nadie. Ni genera tranquilidad entre los que llevan años trufando la Asamblea de Madrid ni gozan de la confianza de Moncloa o de algún que otro miembro del Ejecutivo.
Lo que queda claro es que los primeros veinte puestos de las listas del PSOE a la Comunidad de Madrid serán seleccionados por Ferraz. Lobato tendrá capacidad de meter a alguno que otro, pero no a todos. Y mucho menos podrá disponer de los primeros números de la tabla. Habrá topos, pero sobretodo habrá puesto en los que colocar a los más afines de Moncloa. Los «Irene Lozano» del Ejecutivo ven en Madrid una salida atractiva dado que hablamos de un salario que ronda los 50.000 euros anuales.