Las críticas internas a Feijoo se desbordan: mala oposición, «mucho gallego» y hasta la ley trans

El presidente del PP, Alberto Núñez Feijoo, está en boca de todos este último mes. Algunos dicen que ha trasladado la sede del partido de Génova 13 a Galicia dado que todo su núcleo duro es de la «terra». Otros critican que el hecho de que vaya bien en las encuestas ha empujado al dirigente a mantener el resultado y a no querer pasar a una posición más activa contra el Gobierno. Pero lo curioso es que ahora en los pasillos de Génova se habla de que Feijoo no cumplirá sus promesas, empezando por la derogación de la ley trans de Irene Montero. Las críticas se dejan ver por muchos temas diversos, pero lo cierto es que en Madrid la sensación de que el presidente popular ha entrado en «dejación de funciones» por lo bien que van las encuestas y que no será lo contundente que en el partido esperan.

El que la derogación de la ley trans se haya convertido en un tema de conversación en Génova tiene mucho que ver con la sensación de que Feijoo mantiene un rumbo político diferente a las sensibilidades internas del partido. Se ha debatido con fuerza a raíz de que el presidente del Partido Popular asegurase ante las cámaras que tan pronto llegase al poder acabaría con una ley que a nivel técnico ha sido calificada como una chapuza por los jueces que han tenido ocasión de leerla. Desde el PP entienden que no lo hará y además ponen el ejemplo de que no se ha hecho en todas las comunidades autónomas donde actualmente hay una ley trans.

Las críticas a Feijoo con la ley trans de Irene Montero esconden algo más. Las fuentes preguntadas por este asunto en seguida hablan de la mala oposición que está ejerciendo Alberto Núñez Feijoo desde Galicia y de que su estrategia, esa de quedarse de brazos cruzados y tocar temas polémicos porque le va bien en las encuestas, deja indiferente a todo el que la ve. Los pocos coletazos que ha dado el equipo de Alberto Núñez Feijoo para criticar al Gobierno ha sido esa lamentable imagen de Pedro Rollán dejando sus vacaciones en Marbella para viajar a Madrid y criticar duramente que el presidente del Gobierno hiciera lo mismo que él. Al final, la lectura que tienen en Génova es que al equipo gallego de Alberto Núñez Feijoo no le preocupa lo más mínimo establecer una estrategia clara de oposición porque «le va bien en las encuestas».

son muchos los militantes con cargo del partido los que consideran que el PP sigue roto

El problema que tiene ahora mismo el Partido Popular, a ojos de estas mismas fuentes de la formación conservadora, es que son muchos los militantes con cargo del partido los que consideran que el PP sigue roto. La administración de Isabel Díaz Ayuso, la de Juan Manuel Moreno Bonilla y la de otras comunidades autónomas funcionan completamente al margen de lo que dicte el núcleo duro del partido. El hecho de que el equipo del presidente del PP se haya atrincherado en Galicia en agosto y haya dejado el partido completamente descabezado (a falta de alguna declaración cruzada) en pleno agosto ha dejado entrever la nula conexión que hay entre Feijoo y los suyos con las demás delegaciones territoriales.

Es difícil de ver para los gallegos, pero la sensación que hay en Génova es que este PP no está siendo capaz de tender puentes entre las administraciones territoriales del partido. Es más, algunos hablan de que donde realmente hay que poner el ojo en los próximos meses es en la batalla entre el presidente de Andalucía y la de la Comunidad de Madrid por el control total del partido. A Feijoo se le ve en Génova como un candidato que no está organizando el partido a nivel interno, sino como a alguien que pretende presentarse a las elecciones y ganarlas por el desgaste del actual Gobierno para colocar en los puestos clave del Ejecutivo a sus gallegos de confianza. Pero la sensación en la formación no es precisamente de apoyo al que será previsiblemente el próximo presidente del Ejecutivo, según se puede reflejar en las encuestas electorales.