Ella dice ser una profesional. Pero asegura que no tiene por qué tratar con la prensa, algo que la desespera. La vicepresidenta del Gobierno y ministra de Economía, Nadia Calviño, se ha plantado y ha asegurado a los suyos, según fuentes del Gobierno, que no quiere que su departamento tenga que tratar más con periodistas. Dar declaraciones sin preguntas es la única alternativa que Calviño ve viable antes de dar el salto a la política europea. La socialista está al borde del ataque de nervios, da su paso por el Gobierno más que amortizado y considera que esos momentos en los que Moncloa la obliga a salir a las cámaras a decir que lo peor ha pasado no son de recibo. Ahora, sin ir más lejos, ha salido al atril a asegurar que esto de la inflación ya se ha estancado y que de aquí solo quedan buenas noticias hasta que se celebren las elecciones. Pero estas mismas fuentes aseguran que Calviño es mucho más pesimista de puertas para dentro.
Es tal la desidia de Calviño que incluso ha tenido que tirar de cinismo, según estas fuentes, para contentar a Moncloa diciendo en público lo que no afirma en privado. Uno de esos ejemplos es la idea de subir el salario mínimo. Fuentes del Gobierno destacan que la vicepresidenta económica tiene claro que no es el momento de aumentar más el salario porque esto «contribuiría a la inflación», pero lo cierto es que sorprendió a quienes la conocen cuando salió al atril para decir que un alza salarial sería buena para frenar la inflación (pero ese alza solo la contemplaba para los funcionarios, claro). Lo que esconde todo esto es lo que voces de Ferraz llevan tiempo asegurando: Calviño quiere dejar el Gobierno y no es la primera vez que ha puesto su puesto a disposición del presidente. La vida de política en España no agrada a la socialista y quiere dar el salto a Europa para, sobretodo, quitarse las cámaras de los periodistas.
La ministra de Economía, Nadia Calviño, también ha salido al paso a asegurar que la inflación seguirá a la baja, como ha marcado tendencia este mes de agosto dando lo que algunos han denominado con cierta sorna como una «tregua». En su entorno personal insisten en que la socialista no cree que esta tendencia se vaya a moderar en lo que queda de invierno pero entienden que la ministra solo cumple «órdenes de arriba» al salir ante las cámaras de esos periodistas que tanto la incomodan para decir algo que no se cree.
«Pero esta tendencia tiene que frenarse en los próximos meses para que se cumplan las previsiones del Banco Central Europeo (BCE) y del Banco de España de que volvamos a niveles más normales el año próximo», ha apuntado la vicepresidenta en referencia a la inflación que tanto ha golpeado al Gobierno en lo que va de 2022.
Calviño ha sido durante toda la legislatura el principal contrapeso de Yolanda Díaz. Quienes la conocen en el PSOE aseguran que quien dice que es del ala moderada del PSOE está siendo generoso. Los que más han convivido con ella destacan que «encaja mejor en el PP» que en cualquier otro partido, pero que en este caso se ha plegado a las exigencias del PSOE porque así lo exige Moncloa. Con las elecciones a la vuelta de la esquina, es evidente que el partido no se quiere permitir el lujo de dar malas noticias a nadie. Y a Calviño le importa poco decir lo que tenga que decir siempre que el PSOE le garantice su apoyo para enviarla a Europa, su verdadera ambición.
LAS CRISIS DE NERVIOS
Nadia Calviño no está pasando por su mejor momento dentro del Gobierno. La ministra de Asunto Económicos y Transformación Digital se está enfrentando una grave crisis, la peor desde que asumió su cargo dentro de las filas del Gobierno. Una inflación por encima del 10%, el precio de la gasolina por las nubes y la previsión de que la factura de la luz se eleve considerablemente después del verano, son algunas de las cuestiones que no dejan dormir a Nadia Calviño. A ello se suma el hecho de que nadie en su departamento la aguante debido al mal carácter que tiene, su mala relación con los medios de comunicación y sus aspiraciones de irse a Europa. Todo ello unido ha provocado que Nadia Calviño este viviendo una de las peores crisis desde que llegó al Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital y lo está pagando con sus altos cargos y ya se ha cobrado su otra víctima, Pablo de Ramón-Laca, el director General del Tesoro y Política Financiera.
El Boletín Oficial del Estado (BOE) ha publicado la última decisión que se ha tomado dentro de las filas del Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital. Así, según aparece recogido en este documento al que ha tenido acceso MONCLOA.com, Nadia Calviño ha decidido prescindir de su director General del Tesoro y Política Financiera, Pablo de Ramón-Laca. Una destitución que se ha llevado a cabo previa deliberación del Consejo de Ministros. Se trata de uno de los altos cargos dentro de las filas del departamento que dirige Nadia Calviño. Sin embargo, la crisis que está viviendo esta ministra con los elevados precios de aquellos productos que forman parte de las competencias de su departamento ha provocado que tome medidas.