Patxi López quiere más. Le han ratificado en su partido para ser el portavoz del PSOE en el Congreso de los Diputados. Pero para Patxi no es suficiente. Fuentes solventes de la formación aseguran que el parlamentario se siente algo «menospreciado» dentro de la formación porque no le han premiado lo suficiente por su lealtad. El presidente del Gobierno concedió hace varios meses una batería de indultos a todos aquellos viejos socialistas que no apoyaron su candidatura para ser líder del PSOE que llevó a personas como Óscar López o Antonio Hernando a la Presidencia de Gobierno, pero Patxi se ha tenido que conformar con un puesto que le sabe a poco. Desde el entorno del socialista aseguran a MONCLOA.com que Patxi López aspira a mucho más. Y espera, como poco, que en la purga que se espera para enero le den algo más que la portavocía del Congreso de los Diputados, esa que le da un plus importante en su salario.
Patxi López ha cogido más protagonismo y sus asesores le han recomendado que dé la cara por el partido en la televisión a ver si así consigue que el líder socialista se dé cuenta de que tiene a un candidato más para ser ministro o secretario de Estado. Desde el entorno del histórico socialista aseguran que tiene envidia de que Rafael Simancas, con su ritmo de trabajo caribeño, ostente una secretaría de Estado en Presidencia de Gobierno mientras que él se tiene que conformar con bajar al barro para pelearse con la oposición. Patxi López cometió un gran pecado capital a ojos del presidente del Gobierno: aspirar a liderar el partido enfrentándose directamente a Pedro Sánchez y robarle al actual presidente del Gobierno amistades tan importantes para él como la de Óscar López, quien no dudó en apoyar a Patxi López durante las primarias.
Es frustrante para el dirigente socialista no haber conseguido llegar al Gobierno de la mano del presidente
Patxi ahora solo hace méritos para gustar al presidente. Sabe que se va a abrir la veda en enero y sabe que habrá muchas vacantes que Sánchez querrá cubrir. Y sabe que el periodo de condonación de deuda del presidente sigue abierto, pese a que López tenga una deuda demasiado elevada contraída con el propio presidente del Ejecutivo. La esperanza de López, algo que ha deslizado a su entorno más íntimo, es que le nombren ministro aunque sea para los últimos meses de legislatura. Es frustrante para el dirigente socialista no haber conseguido llegar al Gobierno de la mano del presidente, pero sabe que las razones por las que no ha ascendido tienen que ver con el hecho de haberse enfrentado directamente al líder socialista.
Aún así, hay quien asegura que el socialista no ha dudado en compararse con Simancas. Se ve con más poso y más galones que él y no entiende cómo el socialista madrileño ha conseguido una secretaría de Estado como la que ostenta mientras que él se ve obligado a dar la cara por las erráticas políticas del Gobierno en el Congreso de los Diputados. Ser portavoz le da galones, sí. Y un plus importante, también. Pero no le da el poder que Patxi quiere. Y enero es la fecha que espera que ponga solución a este problema que persigue al vasco desde hace años. Con pillar una secretaría de Estado se quedaría contento, eso seguro.
Patxi López hace la pelota a Pedro Sánchez desde hace años. Eso lo reconocen todas las fuentes socialistas consultadas. En cuanto tiene ocasión, le endulza el oído a ver si así consigue lo que es un secreto a voces dentro de Ferraz. Se acerca la crisis de Gobierno tan esperada por muchos y sabe que muchos ministerios importantes, como Interior o Defensa, se quedarán huérfanos de ministros. Esto es lo que ha motivado a López a acelerar en su procedimiento para endulzar el oído del presidente. Su gran esperanza, algo que repite en numerosas comidas y que han confirmado fuentes solventes de todo el PSOE, es que le perdone a él como lo ha hecho con Óscar López o con Antonio Hernando. Si ellos han sido liberados de su carga y han recibido el perdón de Pedro Sánchez, Patxi López espera que él también pueda aspirar a él mediante una secretaría de Estado o, quien sabe, un ministerio (aunque esto es mucho más improbable).