La «Operación Arnaldo» y su ataque a Carlos Lesmes pasa factura al PP en la judicatura

Ya se conoce como la «Operación Arnaldo». Y lleva tiempo puesta en marcha. No es ajena a la judicatura la estrategia del Partido Popular para conseguir conservar su mayoría en el Tribunal Constitucional. El PP tiene claro que hará todo lo que esté en su mano para mantener ese «último bastión», pero aún quedan pasos que dar después del órdago que ha planteado Carlos Lesmes. Aún así, la dimisión del presidente del Tribunal Supremo no necesariamente tiene que echar por tierra los planes del Partido Popular, que pasan por llegar a las elecciones generales sin renovar el Consejo General del Poder Judicial. La «Operación Arnaldo» arrancó con una serie de filtraciones a los medios de comunicación para atacar directamente a Lesmes y relacionarle con el PSOE. Pero queda mucho que publicar ahora que Lesmes ha puesto contra las cuerdas a los populares.

En la judicatura saben que el PP sigue las órdenes de Enrique Arnaldo, el magistrado del Tribunal Constitucional que se ha convertido en el psicólogo de cabecera de los populares. El plan es sencillo: para Arnaldo, que el PP mantenga la mayoría de magistrados conservadores en el constitucional es algo fundamental para el Partido Popular. Y en este caso, el fin justifica los medios. Que Pablo Casado se enrocara pese a haber firmado un documento con el PP para renovar el CGPJ no sorprendió en Génova cuando se conoció la mano de Arnaldo. Pero que Alberto Núñez Feijoo haya seguido estas mismas consideraciones deja claro que la doctrina de Arnaldo sigue muy presente incluso en la nueva directiva del Partido Popular.

La «Operación Arnaldo» pasa por varias fases, pero ya ha empezado. La primera de esas fases es la de filtrar información a los medios afines para así conseguir asociar a Carlos Lesmes con el Gobierno. Según fuentes del PP, era fundamental vender la imagen de que Lesmes estaba relacionado con Pedro Sánchez para conseguir neutralizar el mensaje del presidente del Supremo, tremendamente crítico con la actitud anticonstitucional del PP por intereses partidistas. Esto se consiguió con dos filtraciones y con un mensaje: Lesmes se habría conchabado con Pedro Sánchez para conseguir un puesto en el Tribunal Constitucional; algo completamente falso, tal y como ha podido saber este medio. Con este mensaje lanzado, solo quedaba el bombardeo diario de noticias en el mismo sentido.

La «Operación Arnaldo» consiste en presionar al CGPJ para que no designe a sus dos magistrados del Constitucional

La «Operación Arnaldo» consiste en presionar al CGPJ para que no designe a sus dos magistrados del Constitucional. Le corresponden dos al Consejo y otros dos al Gobierno, lo que daría una mayoría progresista que no seduce nada en el PP. Si consiguen que la mayoría de los vocales se opongan, podrían presionar al Gobierno para que no nombrase esos dos magistrados. Y si lo hiciera, siempre quedaría el relato de ese «golpe de Estado» número 100 del Gobierno por el que habría nombrado dos magistrados del Constitucional sin consenso previo con el Consejo General del Poder Judicial.

Ahora llega la fase final de la «Operación Arnaldo» porque Lesmes ha contrarrestado estos ataques a su persona amenazando con dimitir a principios de octubre si el Partido Popular no se pone de acuerdo con el PSOE. Es vox populi que la razón por la que no se renueva el Consejo General del Poder Judicial es por obsesión popular. Pero también lo es que el que Lesmes haya amenazado con dimitir si no se llega a un acuerdo desbarata la estrategia popular porque ya no podrían relacionar a Lesmes con el PSOE ni vender que han llegado a un acuerdo previo. Con esto encima de la mesa, solo queda apropiarse de la propia dimisión de Lesmes y aferrarse a la idea de que el PSOE nombrará los magistrados por su cuenta y riesgo. Eso o contar con que los vocales conservadores cumplirán su papel, algo que hasta el momento han hecho muy bien.

La «Operación Arnaldo» solo tiene un punto débil: ha erosionado mucho la imagen del Partido Popular en la judicatura porque no han tenido tapujos en atacar la imagen de un presidente del Supremo que solo tiene la intención de mantener su perfil institucional. Con esto, el PP directamente se ha entregado a sus vocales para que intenten mantener ciertos puentes, pero es difícil dado que la «Operación Arnaldo» los ha dinamitado sin miramientos previos. La salida de Lesmes dejará más en evidencia esta situación. Pero el que aguanten hasta las elecciones puede pesar mucho sobre los populares. Ahora, los nervios en Génova se centran en saber quién sustituirá a Carlos Lesmes cuando dimitan, pues en el Partido Popular dan más que por hecho que no cumplirán los plazos impuestos por el presidente del Supremo.