Los familiares de un recluso que falleció el pasado 2 de agosto en la cárcel de Palma de Mallorca denuncian a los funcionarios de ese centro de reclusión de ser los responsables de su muerte, pues aseguran que al momento de revisar el cadáver de la víctima en el tanatorio, se percataron de que presentaba múltiples moretones y una herida que presuntamente habría sido ocasionada con el uso de una pistola teaser.
Pepi Belmonte, hermana del recluso, contó a Moncloa.com que la víctima había dicho a su familia que temía por su vida, porque había sido amenazado desde el momento en que fue cambiado de módulo, en julio, tras haber tenido una discusión con otro recluso. La última vez que lo vieron con vida fue el último fin de semana de julio, cuando su madre acudió a la visita y el interno les había ratificado el temor que tenía.
La víctima estaba presa pagando una condena de seis años de prisión por haber participado en un robo e inicialmente se encontraba en el módulo 8 donde están recluidos los internos que tienen dependencia de las drogas, pero tras el incidente que tuvo con otro interno, fue cambiado al módulo 14 y allí, de acuerdo con lo relatado por sus familiares, había sido amenazado.
No fue sino hasta el martes 2 de agosto que la madre acudió al penal a ingresarle dinero, que los funcionarios le notificaron que no podía hacerle el ingreso, porque había fallecido a consecuencia de una sobredosis de drogas. Sin embargo, no fue sino hasta que a los familiares les permitieron verlo en el tanatorio que se percataron de lo ocurrido.
«Mi hermano tenía golpes por todos lados y cuando intentamos hablar con la forense que lo había visto, la funcionaria estaba de vacaciones. Esa gente quería cremarlo y nosotros nos opusimos, porque al ver cómo estaba, no podíamos permitir eso. Ellos dijeron que había muerto por sobredosis de metadona y a él no le gustaba tomar metadona», comentó Belmonte en conversación telefónica con este medio.
Los familiares de la víctima mostraron algunas fotografías del cadáver a Moncloa.com y se puede apreciar la presencia de moretones y escoriaciones en varias partes del cuerpo, en especial en la cabeza y en los costados que según comentaron los parientes, fueron ya denunciados ante las autoridades y que están a la espera de que se le realice una segunda autopsia para que se pueda determinar si, en efecto, fue golpeado y si estas lesiones pudieron haber provocado la muerte.
«Él estaba haciendo todas las gestiones para que lo trasladaran porque en ese módulo en el que lo tenían temía por su vida y tenía las analíticas que pedían para hacer el traslado donde se veía que no había consumido nada, pero eso fue lo que quisieron decir, que se murió por una sobredosis cuando lo que le dieron fue golpes», comentó la hermana de la víctima.
Los familiares del recluso gestionaron una denuncia por homicidio contra un grupo de funcionarios que están plenamente identificados. Responsabilizan también a las autoridades del penal y en particular al director José Francisco Baldonedo, por no garantizar la integridad de los internos de ese centro de reclusión.
Estas personas protagonizaron una manifestación frente a la cárcel de Palma de Mallorca que se hizo la semana pasada, pero que no fue cubierta por ningún medio de comunicación. Es por ello que este próximo domingo 25 de septiembre se concentrarán nuevamente frente al centro de reclusión, para pedir que se haga justicia por la muerte de este interno que falleció hace mes y medio.
Los denunciantes señalan que se trata de una cuadrilla de más o menos ocho funcionarios que podrían estar implicados en el hecho y que hay cinco reclusos que fueron testigos de que la madrugada del lunes 1 de agosto la víctima supuestamente habría estado pidiendo auxilio mientras era maltratado.
«Aparte de mi hermano, en esa cárcel han muerto en extrañas circunstancias otros tres reclusos, en menos de un mes. ¿Qué está pasando ahí que se están muriendo los presos?», dijo la hermana de la víctima, que reconoce que había llevado una vida de adicción a las drogas y que tuvo episodios de recuperación y recaída, pero que en este momento estaba alejado del vicio porque quería ser trasladado a otro centro de reclusión, en vista de las amenazas que había recibido.
Los familiares del recluso contrataron un abogado en Madrid y un forense en Valladolid para que los ayude en todo el proceso de la denuncia contra las autoridades de la cárcel de Palma de Mallorca, pues temen que si intervienen en el procedimiento funcionarios de la región, la investigación sea alterada y no se demuestre la verdadera causa de la muerte del interno. Aseguran que no descansarán hasta que logren esclarecer lo ocurrido para poder darle sepultura a la víctima que mientras avanza el proceso y se autoriza la realización de una nueva autopsia, permanece resguardado en una cava de las autoridades de Palma de Mallorca.