Calvo sostiene que no existe el derecho absoluto a la autodeterminación de género: «Las mujeres somos lo que somos»

La presidenta de la Comisión de Igualdad del Congreso de los Diputados, Carmen Calvo, ha cuestionado este viernes la ‘ley trans’ y ha recalcado que el movimiento feminista «siempre» ha apoyado al colectivo LGTBi, pero «no existe el derecho absoluto a la autodeterminación de género ni se puede cuestionar nuestra identidad». «Las mujeres somos lo que somos y no vamos a dar ni una explicación más», ha recalcado.

Así lo ha planteado en el diálogo que han mantenido dentro de la sexta edición del Feminario Valencia: ‘Mujer, Feminismo y Democracia’, organizado por el área de Igualdad de la Diputación de Valencia y donde también han asistido juristas, psicólogas, filósofas, profesionales del sector sanitario, activistas feministas al frente de ONG y colectivos sociales para abordar los retos de la mujer en un contexto de crisis.

Junto a la consellera de Justicia valenciana, Gabriela Bravo, Calvo ha cuestionado que la ‘ley trans’ se tramite por el procedimiento de urgencia porque se trata de «una ley que requiere más tiempo», pero aún así ha recalcado que habrá debate. Al respecto, ha advertido contra «los intentos de confusión» ya que en la confrontación se querrá mostrar que la derecha y el movimiento feminista «coinciden» cuando «no tiene nada que ver porque las derechas siempre están contra las leyes de igualdad».

Del mismo modo, Bravo ha coincidido en la necesidad de defender y proteger los derechos de todas las personas «sea cual sea su identidad y opción sexual». No obstante, ha calificado este ley de «gran error» por «cómo está conceptuada y planteada» porque «supone un ataque frontal a los derechos de las mujeres y desnaturaliza el concepto biológico del sexo, es una aberración» además de generar «inseguridad jurídica».

La exministra y la consellera de Justicia también han coincidido en reclamar una reforma de la Constitución para incluir la igualdad entre hombres y mujeres como «principio rector obligatorio de legislación». Al respecto, la exvicepresidenta del Gobierno ha aclarado que la Constitución, en su artículo 14, solo prohíbe la discriminación por razón de sexo. «Solo faltaría que una sociedad democrática en pleno siglo XX permitiera la discriminación por sexo», ha cuestionado. Pero además reprocha que lo prohíbe en términos «light», porque junto a razones de sexo señala que tampoco se puede discriminar por «nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra» cuando «el sexo no es lo mismo que la religión».

Por ello, ha planteado seguir el ejemplo de otras cartas magnas europeas aprobadas después que la nuestra, pero que han introducido «un principio rector de todo el texto, y por tanto de obligación de hacer leyes, en el que diga categóricamente que los hombres y las mujeres son iguales». De este modo, ha destacado que sería el núcleo de desarrollo de todo nuestro modelo democrático, porque «sin feminismo no hay democracia» y «evitaría que la derecha vaya todos los días a llorar al Tribunal Constitucional».

Calvo ha señalado que al comienzo del feminismo fue «inteligente» discernir entre la igualdad formal y material porque lo primero era adquirir derechos, pero ha lamentado que aún en día «ni la igualdad formal existe y la material está aún muy lejos». Para lograrlo, reclama tener «muy claras las líneas de trabajo» y si queremos una participación plena abandonar debates «prehistóricos como el aborto, los vientres de alquiler y la prostitución». «Eso es no haber cogido un carril sólido», ha advertido.

Del mismo modo, la consellera Bravo ha criticado que de los 69 artículos de la Constitución solo habla en dos ocasiones de la mujer: en su título 2 para discriminarla en la línea de sucesión al trono y en el artículo 39 para hablar del matrimonio. Por ello, ha criticado que «44 años después no hemos sido capaces de aportar esa mirada feminista que exige que la mujer esté en todos los espacios y que la democracia sea paritaria» y para lograrlo considera esencial una reforma constitucional.

«RETROCESO DEMOCRÁTICO»

Asimismo, la catedrática de la UNED y consejera de Estado Amelia Valcárcel ha pornunciado la conferencia inaugural en la que ha reclamado a quienes habitan sociedades avanzadas «más fuerza que nunca en la completa seguridad de nuestros valores para hacer frente a las amenazas de un mundo global cuya transformación pensamos que podría ser pacífica». Valcárcel tiene claro que «allí donde no haya democracia puede haber rebeldía, pero nunca feminismo», y por eso advierte de «la importancia del sistema civilizatorio en un momento de ligero retroceso democrático».

Por su parte, el presidente de la Diputación, Toni Gaspar, como anfitrión, ha advertido de «las inquietantes voces que siguen alimentando una sociedad con demasiada dosis de machismo» y en ese sentido ha citado al estudio de la Fundación FAD que revela que un 20% de los jóvenes entre 15 y 30 años niega la existencia de la violencia de género; y a las palabras de la presidenta madrileña que considera al feminismo «trasnochado» y que «cada vez hay menos machismo» y ha recalcado que la instituto seguirá trabajando por la igualdad.