Vox quería fuera a Macarena Olona. La mala relación entre Javier Ortega Smith y la diputada fue un punto de partida, pero la decisión de Iván Espinosa de los Monteros de mandarla para Andalucía fue una declaración de intenciones. Ahora, el problema es que lo que debía haber sido una salida silenciosa del partido se ha convertido en una guerra de puñaladas oculta que amenaza con erosionar Vox desde dentro. Macarena Olona sopesa ya montar su propio partido y otras vías de volver a la política, pero desde el entorno de la excandidata de Vox a Andalucía deslizan que la formación está «jugando sucio» por las redes sociales y con la filtración de información para anular todo lo que Olona pueda hacer. Si monta una formación por su cuenta, Vox corre el riesgo de perder un buen mordisco de votos. El miedo que se respira en Vox ahora es que Olona se ponga a hacer lo propio y airee asuntos internos que afearían a los «aristogatos» de la formación.
Olona era uno de los principales activos de Vox, le problema para Santiago Abascal es que era un verso libre que no tenía ningún problema en tener su propia hoja de ruta. La idea de mandarla a Andalucía no gustó a la diputada. Sin embargo, su lealtad a las siglas hizo que se fuera sin rechistar. El problema, que se convirtió después en una oportunidad para Vox, fue que Macarena Olona perdió esas elecciones dadas las expectativas que manejaba el partido de extrema derecha. Tras esto llegó la salida que todos conocemos y la posterior vuelta de Olona. Sin embargo, el «no» de Abascal a la vuelta de Macarena ha dejado claro que hay una guerra abierta entre el partido y la exdiputada que pretendían que pasase completamente desapercibida.
Vox está detrás de algunas descalificaciones y filtraciones que buscan anular a Macarena Olona
Desde el entorno de la exdiputada deslizan que Vox está detrás de algunas descalificaciones y filtraciones que buscan anular a la candidata de Andalucía. Estas mismas voces insisten en que Olona, que no quiere verse envuelta en una guerra de estas características, de momento ha rechazado hacer cualquier movimiento que pueda ser interpretado por Vox como «hostil». Pero tampoco se cierra a hacerlo si desde el partido siguen detrás de algunos movimientos que están llamando mucho la atención en el entorno de la exdiputada.
Macarena Olona se está planteando si montar una plataforma independiente, el problema es que fragmentar más la derecha sería un problema para el electorado por el que compite. Mientras tanto, Vox ultima el fichaje de Cayetana Álvarez de Toledo como sustituta natural de Macarena Olona al mismo tiempo que teme que su exdiputada se convierta en la «Íñigo Errejón» de Santiago Abascal.
Los «aristogatos» de Vox respiran aliviados porque Macarena Olona se había convertido en un problema para sus planes. No solo era un verso libre «hiperactivo» en las reuniones del partido, sino que además gozaba de una popularidad que como mínimo competía con la de los demás integrantes de la formación. Macarena Olona tenía muchas veces más tirón mediático que el propio Abascal. Y como oradora, muchas veces ensombrecía el estilo de Iván Espinosa de los Monteros. Para Vox, una de las principales obsesiones era la de que Santiago Abascal tuviera un espacio mediático propio sin que ningún otro aristogato le hiciera sombra. El problema era que Macarena Olona empezaba a tener un tirón que no gustaba en las maquinarias del partido. Y ahora este enfrentamiento parece haber trascendido el conflicto político inicial.
Ahora hay acusaciones internas de que los ataques a Macarena Olona se están disparando al mismo tiempo que crecen las sospechas de que tras esas críticas que se dejan ver en las redes sociales y en forma de filtraciones a los medios están integrantes de Vox que buscan nada menos que descalificarla para evitar que monte un partido por su cuenta y acabe con el poco dominio que tiene Vox en la derecha. Desde le entorno de Macarena Olona aseguran que la exdiputada podría entrar en esa guerra, pero que «no quiere» porque quiere evitar este tipo de conflictos políticos en estos momentos. Pero advierten de que, si siguen así, no tendrá ningún problema para afilar los cuchillos políticos y lanzarse al ataque.