El PP pide hoy al Congreso condenar la agresión al alcalde de Pamplona en julio y vetar pactos con izquierda abertzale

El PP defenderá este martes en la Comisión Constitucional del Congreso una iniciativa para condenar la agresión sufrida por el alcalde de Pamplona, Enrique Maya, en los últimos sanfermines y a la vez censurar los pactos políticos del Gobierno con quienes no condenan el terrorismo o justifican la violencia.

Se trata de una proposición no de ley registrada el pasado verano después de que el alcalde de UPN fuera objeto de abucheos, insultos, escupitinajos y agresiones durante su participación en la tradicional procesión de San Fermín por las calles del Casco Viejo. En los incidentes, atribuidos a la izquierda abertzale, resultaron heridos tres agentes de la Policía Municipal que custodiaban la comitiva.

La Junta de Portavoces del Ayuntamiento de Pamplona aprobó una declaración de condena con el respaldo de Navarra Suma (UPN-PP-Cs) y el PSN, pero Bildu se negó a apoyarla y Geroa Bai, socio de los socialistas en el Gobierno foral, directamente votó en contra.

Y ahora el PP lleva a votación una iniciativa para retomar aquella declaración y condenar «sin paliativos» estos «actos de violencia política» del pasado 7 de julio, así como para instar al Gobierno a «desarrollar todas las acciones necesarias para identificar y detener a todos los autores de los actos de ‘kale borroka'» y a «aumentar el control sobre los preparativos y ejecución de actos de violencia política de la izquierda abertzale para evitar que se reproduzcan».

Pero, al mismo tiempo, los ‘populares’ aprovechan la iniciativa para pedir al Gobierno que excluya de los pactos y acuerdos políticos «a los partidos que no condenan explícitamente los crímenes de ETA e intentan legitimar su existencia«.

Según el PP, el Gobierno es «parte esencial» de una «estrategia de blanqueo» del terrorismo de ETA, como a su juicio se ve en los pactos del PSOE con la izquierda abertzale en el Congreso y en la Comunidad Foral.

«No se puede minusvalorar la práctica sistemática del terror con fines de limpieza identitaria contra los no nacionalistas cometido en las Comunidades Autónomas Vasca y Navarra, sin caer con ello en conductas propias de ideologías totalitarias que niegan los genocidios practicados por sus correligionarios», se dice en la exposición de motivos.

A su juicio, «la izquierda abertzale está envalentonada por la tolerancia del Gobierno para con sus ataques a la convivencia democrática, entre los que se encuentran actos de odio y violencia política extremadamente graves como los acontecidos el día de San Fermín en Pamplona«.