La «larga mano» de Enrique Arnaldo instala la paranoia en Génova y Ferraz

Enrique Arnaldo, el magistrado del Tribunal Constitucional con más influencia en el Partido Popular, se ha convertido en un fantasma que atormenta tanto en Génova como en Ferraz. Los primeros porque están convencidos de que el juez sigue ejerciendo una influencia «inmerecida» en el PP. Y los segundos porque creen que hay causas judiciales del Partido Popular que no llegan a buen puerto por la «larga mano» de Arnaldo. Desde el entorno del magistrado del Tribunal Constitucional insisten en el hecho de que desde que le premiaron con este cargo, tan solo ha conseguido establecer la estrategia a seguir por el PP, pero nada más. Para los dirigentes del PP que conocen a Arnaldo, Génova está intentando desprenderse de su influencia, pero sigue estando en boca de todos.

Enrique Arnaldo se ha convertido en una especie de fantasma que atormenta a los políticos populares y socialistas. Esto, mezclado con el hecho de que también es un comodín que sirve para justificar cualquier tipo de influencia o interferencia judicial, ha llevado a Arnaldo a convertirse en algo más que un dinosaurio judicial. En Génova saben que ha conseguido llegar a Alberto Núñez Feijoo, pero en Ferraz están en unos niveles de paranoia tales que creen que Arnaldo tiene la capacidad de influir en según qué decisiones judiciales. De hecho, el que no se hayan sacado a la luz las resoluciones de algunas sentencias ha instalado la histeria y la locura en algunos socialistas que ven la «mano larga» de Arnaldo en todos los lados.

la paranoia que circula por Génova tiene poco que ver con las pretensiones de la cúpula popular

En Génova tienen absolutamente claro que Enrique Arnaldo tiene aún la capacidad para influir en el partido. Lo reconocen porque el cambio de criterio de Alberto Núñez Feijoo con respecto a la renovación del CGPJ tiene la firma de Arnaldo. Aún así, también insisten en que la paranoia que circula por Génova tiene poco que ver con las pretensiones de la cúpula popular. En el PP llevan tiempo pendientes de los pasos que da Feijoo en materia de asesoramiento judicial, pero saben que desde la etapa de Pablo Casado, la cúpula de la séptima planta quiere librarse de los consejos de Arnaldo para renovar ese asesoramiento judicial que huele a naftalina. Aún así, es cierto que la «mano de Arnaldo» sigue siendo muy comentada por las bases porque no entienden la influencia que aún tiene incluso con Alberto Núñez Feijoo.

En el PSOE tienen una batalla diferente. En el PP saben que Arnaldo es un magistrado caducado en materia política, pero los socialistas creen que sigue trabajando duro por los intereses del Partido Popular. Tanto es así, que el hecho de que algunas causas judiciales que salpican al Partido Popular se hayan estancado (a ojos de los socialistas, claro) a lo largo de unos meses ha disparado el rumor de que la «larga mano de Arnaldo» mantiene la capacidad de hacer cosas que desmienten desde todos los burladeros judiciales. Se trata de un magistrado «escurridizo», según detallan quienes le conocen, pero ha conseguido que su reputación le preceda hasta extremos insospechados. Para el PSOE, todo es culpa de Arnaldo. Pero solo aciertan en la renovación del Consejo General del Poder Judicial.

El PP, aún así, ya ha iniciado todo el proceso para cambiar sus asesores judiciales. No es que tengan una opinión buena o mala de Arnaldo, sino que le sitúan en el pasado. Mientras que Feijoo ha obedecido su estrategia para mantener el control del Tribunal Constitucional a golpe de bloquear la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), ha mantenido contactos con otros magistrados, como son Alejandro Abascal o Manuel Almenar, para renovar ese fondo de armario repleto de asesores anquilosados que además cuentan con una peculiar presencia en Génova pase quien pase por la séptima planta.

Hasta ahora, la llegada de Feijoo ha impulsado el perfil de Manuel Almenar hasta límites insospechados. Quien lleva tiempo llamando a la puerta del Tribunal Supremo ahora ve cómo se le abren nuevos horizontes que podría explorar a nivel político. De momento es solo un asesor de confianza del presidente del Partido Popular, pero al igual que le pasó a Alejandro Abascal, ya se habla de él como una nueva piedra angular en materia de justicia.